Nos hemos desplazado hasta la localidad de Portmán, en el municipio de La Unión. Fundada por los romanos en el siglo I de nuestra era y bautizada como Portus Magnus, este enclave fue un importante puerto de cobijo para los navegantes durante 20 siglos, hasta que la empresa Peñarroya, para reducir los costes de explotación de la sierra minera, solicitó verter directamente al mediterráneo los estériles de los lavaderos; destruyendo una bahía por completo y dándole el título de mayor desastre ecológico de Europa. Título que pueden perder si las autoridades competentes no remedian el estado del Mar Menor.
Una vez aquí, nos dirigimos a la playa del Lastre donde nos está esperando una mesa en el Chiringuito El Lastre.
Lo encontramos al final del paseo marítimo, entre la playa y la bocana del actual puerto de Portmán. Las vistas, como era de esperar, son impresionantes, pudiendo ver toda la costa hasta el cabo del Agua. Solamente por estas vistas, merece la pena comer aquí.
Entrando en materia, pedimos al centro una fritura de pescado. Boquerones, calamares, cazón, gambas. Nos encantó el rebozado de la fritura. Muy sabroso.
Como platos principales, cada uno de nosotros pidió lo que más le apetecía. Éramos cuatro sentados a la mesa, y curiosamente todos pedimos platos diferentes.
Choca ver que, a pesar del enclave marinero donde nos encontramos, el sonido del mar y los graznidos de las gaviotas buscando peces bajo el mar, te apetezca comer un entrecot. Aunque hay que decir que tenía muy buena pinta y estaba en su punto.
Otro de los platos que se pidió, fue atún de ijada a la plancha acompañado de patatas y pimientos de padrón. Este corte de la parte inferior y cerca de la cabeza del atún, tiene un sabor y textura increíbles. No nos extraña en absoluto cuando lo llaman el jamón del mar.
Nada más ver el calamar a la plancha, apetecía comérselo. Sobre una base de algas descansaba la pieza que estaba esperando a ser devorada. El calamar estaba tierno y tenía un sabor muy agradable, que combinado con las algas wakame y la propia tinta mejoraban la experiencia.
El Gallo Pedro frito venía acompañado de patatas, ajos tiernos y pimientos de padrón. Estaba bien frito. Destacamos el sabor de este pescado. Cada vez nos gusta más.
Las patatas fritas que han acompañado los platos, estaban muy pero que muy buenas.
Hemos comido muy bien, disfrutando de las vistas y de la gastronomía. La playa del Lastre es muy bonita, con una arena oscura que contrasta con el azul del mar y el verde de las montañas que rodean a Portmán.
Durante los meses no estivales, la tranquilidad del lugar invita a pasear por su playa y por qué no, comer en el chiringuito El Lastre.
Próximamente, nos atreveremos con el chiringuito que hay justo al otro lado, El Cubano, del cual nos han hablado muy bien y en el que destacan la relación calidad precio.
Nos acompañaron 4 niños
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