Los chopitos y los gatos de Tentegorra
Había una vez una encantadora familia de gatos que vivía en el parque de Tentegorra en Cartagena. Esta familia estaba formada por la mamá gata, a la que llamaban Doña Rayas, el papá gato, conocido como Don Bigotes, y sus tres traviesos gatitos: Luna, Sol y Estrella. Eran felices en su hogar bajo un frondoso árbol, donde solían dormir siestas y ver pasar el tiempo mientras los niños jugaban en el parque.
A estos gatos les encantaba la hora del almuerzo, pues aprovechaban la ocasión para acercarse al bar de Tentegorra y deleitarse con las delicias que la gente les echaba. Sin duda alguna, su plato favorito eran los chopitos, esos pequeños calamares rebozados y fritos que los humanos disfrutaban en sus platos con una cerveza fría o un refresco.
El bar de Tentegorra era famoso en toda la zona por hacer los mejores chopitos, y con el tiempo, la noticia de estas delicias llegó a oídos de otros gatos del vecindario. No tardaron en acudir más y más felinos al parque, atraídos por la promesa de probar estos exquisitos manjares. Pronto, el lugar se convirtió en un auténtico paraíso para los gatos, que venían de todos los rincones de Cartagena a disfrutar de los chopitos.
Doña Rayas y Don Bigotes, siendo los veteranos del parque, decidieron compartir su sabiduría y experiencia con los recién llegados. Les enseñaron cómo moverse con sigilo entre las mesas y cómo acercarse a los clientes del bar sin asustarlos, consiguiendo así que les echaran un trozo de chopito o alguna otra tapa deliciosa. Los gatitos Luna, Sol y Estrella, aunque jóvenes, también se convirtieron en expertos en la materia y no tardaron en hacer amistad con los otros gatos del parque.
Con el tiempo, el parque de Tentegorra se llenó de gatos de todas las edades y colores, y la gente que visitaba el lugar disfrutaba de su compañía. Los clientes del bar solían traer chucherías y juguetes para los gatos, que agradecían con ronroneos y mimos.
Y así fue como la familia de gatos de Tentegorra no solo creció en tamaño, sino también en corazón. Compartieron su amor por los chopitos y otros manjares del bar con todos los gatos del vecindario, y juntos, convirtieron el parque en un lugar aún más especial y lleno de vida.
Así que, si alguna vez te encuentras en Cartagena, no olvides visitar el parque de Tentegorra. Y si tienes suerte, quizás te cruces con nuestros amigos los gatos y puedas disfrutar de su adorable compañía mientras degustas los mejores chopitos de toda la zona.
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