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Ahora que las hojas abandonan las ramas de los árboles, dejando una alfombra ocre en las aceras, ahora que la chaqueta es una opción a tener en cuenta en las cada vez más oscuras tardes. Y desde la comodidad que aporta el otoño, recordamos a un no tan extraño verano, donde aquel almuerzo nos marcó para siempre.
Echamos la vista atrás, situándonos frente al restaurante La Barraca, en el 13 de la calle La Torre de Puerto de Mazarrón. El Sol pega fuerte mientras esperamos a que el local abra sus puertas. Sobre la una menos algo, por fin podemos entrar y sentarnos en el interior alrededor de una mesa alta. El servicio de barra está todavía prohibido.
El pulpo de La Barraca es un plato obligado a pedir; está tierno y en boca tiene un sabor agradable que, acompañado de una caña, no te permite otra cosa que volver a pinchar un trozo y otro hasta dejar el plato vacío. Por cierto, que la caña te la sirva uno de los porteros de la selección Nacional de futbol sala y actual portero del Jimbee Cartagena es todo un honor. ¡¡Grande Chemi!!
Seguimos con nuestro “aperitivo” pidiendo una cazuela de almejas al ajillo. Almejas de un calibre considerable y de un delicioso sabor, donde el caldo pide a gritos que bañes un poco de pan.
No tarda en llegar un plato de gambas a la plancha. De todas las formas de cocinar este crustáceo, la más sencilla es, sin duda, la mejor. Una buena plancha, sal gorda y buen género; no necesitas nada más.
La variedad de género del que dispone La Barraca es increíble, sobre todo de productos relacionados con el mar. No tenemos que olvidar que el Puerto de Mazarrón es uno de los puertos pesqueros con más flota de la provincia marítima de Cartagena.
Las zamburiñas a la plancha que pedimos nos indicaban que habíamos acertado. De bocado tierno y sabor agradable, estos bivalvos son un plato que tampoco puedes perderte aquí.
Continuamos con nuestro almuerzo probando un chipirón a la plancha con salsa verde. Normalmente, cuando aparece la salsa verde en un plato, tiende a cobrar un protagonismo que no le corresponde, relegando a un segundo plano el sabor del elemento principal. Pero aquí, no ocurrió eso, esta vez la salsa ocupó su papel secundario, y el protagonista, el chipirón, pudo realizar la actuación de su vida dejando impresionado al público.
Como últimos platos de nuestro gran almuerzo, pedimos unas quisquillas cocidas y una pequeña fritura de pescado para dar un magnífico broche final a nuestro “aperitivo”.
Sin duda, La Barraca es uno de los mejores restaurantes que hay en el Puerto de Mazarrón. Poca gente de la Comunidad Autónoma puede decir que no sabe dónde está. Comer aquí es una experiencia única que no defrauda, pero ir a la hora del aperitivo es algo increíble. Por cierto, hacen un Asiático estupendo. Es increíble cómo, poco a poco, el café por excelencia de Cartagena se ha ido extendiendo más allá de su término municipal.
Por último, decir que éramos tres comensales y pagamos 100€, donde están incluidas las diversas cervezas, no fueron pocas, que nos tomamos.
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