|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
En el corazón de la sierra de Atamaría encontramos el complejo hotelero de la Manga Campo de Golf, y uno de los mejores campos para practicar este deporte de origen escocés.
La urbanización; rodeada de montañas y protegida por la imponente batería de costa donde años atrás rugían sus cañones ingleses Vickers para defender, cómo no, al puerto de Cartagena; dispone de una cantidad y variedad de restaurantes a tener muy en cuenta.
Estuvimos cenando en el restaurante Paimans. Un restaurante especializado en la gastronomía del sudeste asiático. Platos tailandeses, vietnamitas, indonesios y malayos sin olvidar a Singapur, esa ciudad estado insular que se encuentra en la punta sur de la península malaya, forman la carta del restaurante y posibilitan conocer los sabores de aquellas lejanas tierras sin moverte del municipio de Cartagena.
Empezamos nuestro viaje culinario por el sudeste asiático siendo un poco conservadores, yendo a lo seguro, pisando sobre roca firme en el mar de platos que hay en la carta. Pedimos una gyozas de gambas que son típicas de la cocina tailandesa y vietnamita, aunque con una fuerte influencia japonesa y china. Buena presentación en plato. Muy sabrosas, sobre todo cuando las impregnas en la salsa de sésamo y ciruela que viene con ellas.
Como segundo entrante elegimos un aperitivo al estilo asiático. Bun Bao, un panecillo al vapor que, normalmente, va relleno. Aquí, en Paimans, lo sirven con el contenido del relleno sobre el propio panecillo, pudiendo escoger entre pollo, pato, gambas, ternera o tofu. Nosotros decidimos probarlo de ternera.
La pinta del Bun Bao es extraordinaria y hace que te apetezca hincarle el diente y disfrutar de la combinación de sabores mezclada con la suavidad del panecillo al vapor.
Después de disfrutar de los entrantes, llegaron los platos principales. Un Pad Thai tailandés que consiste en unos tallarines de arroz salteados con pollo, gambas, tofu, cacahuete, tamarindo y jugo de lima.
Plato de un sabor muy agradable que combina todos los ingredientes a la perfección, donde la acidez de la lima juega un papel muy importante haciendo que tengas ganas de seguir comiendo hasta que el plato quede limpio. El sutil toque picante también aporta satisfacción al paladar dando juego a cada bocado.
Para el siguiente plato principal tenemos que viajar rumbo al sur de Tailandia y sobrevolar su golfo, dejar atrás tierras malayas para aterrizar en Indonesia. Pedimos un plato de Kari Kambing, que traducido al idioma de Cervantes viene a significar curry de cordero.
Pero no es un simple y sabroso curry de cordero, sino que Paimans aplica una receta familiar secreta que combina el curry de cordero con unas patatas aromatizada con leche de coco y canela.
El aroma a canela que desprende el plato hace que la salivación empiece a funcionar a un ritmo mayor y las ganas de meter cubierto son imparables. El cordero, tierno, recoge todo el sabor de los ingredientes del curry, que es ligeramente picante. La patata suaviza el plato y permite alternar el tipo de bocado que te llevas a la boca. Plato contundente que debes completar con un poco de arroz. Nosotros lo hicimos con un arroz al vapor con aroma de jengibre. Un acierto.
Sencillamente nos encantó el restaurante ubicado en la Plaza de la Manga Club en el local que ocupaba el restaurante americano Uncle Sam’s. Tenemos que repetir, ya que todavía quedan muchos platos en su carta que nos llaman demasiado la atención como para pasar página. Volveremos.
Hay una seria de menús en su carta muy recomendables si te apetece no complicarte la vida. Los precios de los menús varían desde los 20€ hasta los 30€ y es para un mínimo de 2 personas.
2 adultos y 2 niños
Deja tu reseña
Puntuación
Reseña
No hay reseñas todavía. Sé el primero en escribir una.
