15 de julio de 1774 – Se inicia la construcción de un centinela de piedra sobre la bahía
En la cima agreste del monte de Galeras, donde el viento canta antiguas canciones y el Mediterráneo se despereza al amanecer, se levantó hace exactamente 251 años, un bastión destinado a proteger la joya estratégica del sureste español: Cartagena. Aquel 15 de julio de 1774, bajo los designios ilustrados del reinado de Carlos III, comenzaron las obras del Castillo de Galeras, obra del ingeniero Mateo Vodopich, como parte del nuevo sistema defensivo de la ciudad.
Cartagena, plaza fuerte del Mediterráneo
Tras la designación de Cartagena como capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo en 1728, la ciudad se convirtió en un enclave militar de primer orden. Era necesario entonces dotarla de un sistema de fortificaciones que defendiera el Arsenal, la dársena, los astilleros y la base naval. Así se alzaron en su entorno castillos y baterías como San Julián, Atalaya, Trincabotijas, Moros… y, por supuesto, Galeras.
Desde sus más de 200 metros de altura, el castillo dominaba toda la bahía y tenía capacidad artillera para repeler cualquier incursión desde el oeste. Su planta irregular, adaptada al relieve del cabezo, fue pensada para resistir ataques y controlar visualmente los accesos marítimos y terrestres.
Su papel en la historia: guerras, cantón y represión
Guerra del Cantón (1873-1874)
En el verano de 1873, Cartagena se alzó en armas proclamándose Cantón independiente, en un acto de rebelión federalista que marcaría para siempre su carácter insurrecto. El Castillo de Galeras, junto con otras fortalezas, fue pieza clave en la defensa. Sus cañones formaban parte del anillo de fuego que protegía la ciudad frente al asedio de las tropas centralistas.
Desde sus alturas, se vigilaron movimientos navales, se repelieron bombardeos y se coordinó la resistencia. Cuando la ciudad cayó en enero de 1874, Galeras pasó nuevamente a control estatal, pero quedó grabado en la memoria como símbolo de la Cartagena rebelde y resistente.
Guerra Civil Española (1936-1939)
Durante la Guerra Civil, Cartagena volvió a ser estratégica: última capital republicana y sede de la flota leal. El castillo de Galeras albergó baterías antiaéreas, sirvió como observatorio militar y se reconvirtió en centro de reclusión. Hacia el final del conflicto, fue testigo de fusilamientos y detenciones. Durante décadas posteriores funcionó como cárcel militar, especialmente en tiempos de represión franquista.
Olvido y decadencia
Tras su uso carcelario, el castillo fue cerrado en los años 90. Aunque su silueta seguía dominando la ciudad, fue quedando al margen del discurso urbano, olvidado por las administraciones. Cerrado al público, deteriorado, sin plan de conservación ni aprovechamiento turístico, se convirtió en símbolo de un patrimonio desaprovechado, como tantas otras joyas cartageneras.
Renacer de un gigante: la cesión al Ayuntamiento
Pero todo cambió en junio de 2025. Tras casi 30 años de negociaciones, el Ministerio de Defensa firmó con el Ayuntamiento de Cartagena un acuerdo histórico: la cesión del monte de Galeras y sus fortificaciones al patrimonio municipal.
Este acuerdo incluye:
- Castillo de Galeras
- Cuartel de Fajardo
- Batería de la Podadera
- Túneles submarinos
- Zonas naturales del monte
- Derechos sobre la gestión de rutas y miradores
La operación no supuso un pago monetario, sino la compensación de una deuda urbanística histórica del Estado con Cartagena desde 1996.
Proyectos que transformarán Cartagena
Con el monte ya en manos de la ciudad, el Ayuntamiento ha presentado una visión ambiciosa y renovadora:
1. Hotel de lujo y espacio cultural en Fajardo y Podadera
Se planea una intervención que atraiga inversión privada, con especial interés de AC Hotels by Marriott, para levantar un complejo hotelero histórico, respetuoso con el entorno y de alta categoría. Fajardo y Podadera acogerían zonas de alojamiento, centro de congresos, y espacios museísticos.
2. Museo del Mar y el Submarino
Los túneles del antiguo puerto de submarinos serán descontaminados y reacondicionados para albergar el Museo del Mar, con acceso a un submarino histórico (el “Tonina”) y salas dedicadas a la historia naval, arqueología subacuática y vida marina.
3. Renaturalización y red de senderos
Se habilitarán rutas ecológicas, miradores naturales, áreas deportivas y caminos históricos por el monte, conectando el Castillo, las baterías, el fuerte de Navidad y el faro, creando un circuito cultural-deportivo único en el Levante español.
4. Ruta de las Fortalezas con proyección UNESCO
El Ayuntamiento impulsará un Plan Director de Fortificaciones Históricas, con el objetivo de optar a la declaración como Patrimonio Mundial de la UNESCO, en alianza con colectivos como AFORCA y universidades.
¿Qué supone esto para Cartagena?
Nivel |
Impacto |
Cultural |
Recuperación del patrimonio y de la memoria histórica. |
Turístico |
Oferta singular, competitiva y diferenciada. Atractivo para turismo de calidad. |
Económico |
Generación de empleo, inversión privada, desarrollo local. |
Ambiental |
Protección del monte, rutas naturales, renaturalización urbana. |
Educativo |
Uso didáctico del castillo y museos, talleres, visitas escolares. |
Identitario |
Reconexión con un pasado olvidado y símbolo de la Cartagena indomable. |
Epílogo poético
“Galeras resucita”
Dormías, centinela, entre zarzas y silencio,
con la piedra desmemoriada y el viento como único dueño.
Fuiste cárcel, fuiste escudo,
y aunque nadie te miraba,
resistías testarudo,
como un anciano que aguarda.
Hoy tus llaves son del pueblo,
y despiertas de tu pena,
te renuevan, te restauran,
te devuelven la cadena
que te une a Cartagena.
Volverás a ser vigía,
pero ahora de la esperanza,

mirador de la alegría
que a esta ciudad le alcanza.