Historia, carácter y legado de una forma de hablar con voz propia.
Cartagena no sólo se reconoce por su historia trimilenaria, sus murallas, su puerto o sus batallas. Cartagena también se escucha. Y quien ha vivido aquí, o simplemente ha paseado por Santa Lucía, el Barrio de la Concepción o el Mercado de Gisbert, lo sabe bien: en Cartagena se habla de otra manera.
Es una forma de hablar directa, sonora, veloz y con una musicalidad propia. Un habla que se ha fraguado entre astilleros, tabernas, barcos de guerra, patios de vecindad y escuelas de barrio. Una forma de decir las cosas que no necesita aprobación ni académica ni política, porque es genuina, es popular, es nuestra.
Origen histórico: voz de puerto, mezcla de siglos
Cartagena es cruce de caminos desde que fue fundada por los cartagineses en el siglo III a.C. A lo largo de los siglos han pasado por aquí romanos, bizantinos, visigodos, musulmanes, repobladores cristianos, catalanes, genoveses, obreros, militares, comerciantes y marineros. Todos dejaron su huella. También en la lengua.
- Del mundo antiguo: palabras y entonaciones cargadas de mar, de Mediterráneo.
- Del latín vulgar: la base sobre la que evoluciona el castellano en esta zona.
- De las repoblaciones medievales: catalán y aragonés trajeron un substrato léxico y fonético que aún resuena en topónimos y giros.
- Del contacto con el mar: al ser puerto militar y comercial, Cartagena ha bebido acentos, giros y palabras de todas partes del mundo hispano.
Esta pluralidad no diluyó la identidad, al contrario: la reforzó. El habla cartagenera no es una copia de nada. Es la consecuencia de una ciudad que se ha resistido a ser absorbida.
Rasgos del habla cartagenera
Hablar “en cartagenero” no es simplemente pronunciar distinto. Es usar una entonación poderosa, acortar las palabras con arte, dar énfasis con desparpajo y mostrar orgullo sin decirlo.
Principales características fonéticas y gramaticales:
Rasgo |
Ejemplo |
Observaciones |
Seseo |
“Cielo” y “sielo” suenan igual |
Consolidado desde hace siglos |
Elisión de -d- intervocálica |
“Pescado” → pescao |
Normal en habla espontánea |
Pérdida de -s final |
“Los niños” → lo niño |
O aspirada: loh niño |
Reducción verbal |
“Estoy harto” → ‘toy arto |
Eficiencia lingüística y oralidad viva |
Entonación y fuerza |
“¡A dónde vaaaas!” |
Prolongación dramática de la vocal final |
Pronombres populares |
“Me se ha caío” |
Uso no normativo pero frecuente |
Léxico y frases típicas:
- ¡Chacho! – interjección multiuso (sorpresa, queja, enfado)
- “Me va a dar un pampurrio“ – susto o sobresalto
- “Tienes más cuento que Calle Real” – para quien exagera
- “Te voy a crujir en el muelle” – amenaza popular con humor
- “No tengo ná“ – expresión rotunda de carencia
- “Anda y que te parta un barco” – enfado sin perder la gracia
¿De dónde viene el seseo cartagenero?
El seseo, tan característico de la ciudad, no es préstamo de otra región, como se ha querido hacer creer. Existen documentos notariales y registros orales que lo atestiguan desde el siglo XVI, cuando todavía no había movimientos migratorios significativos desde otras partes de la península.
Estudios filológicos sugieren que:
- El seseo en Cartagena es anterior y paralelo a otros focos seseantes.
- La fonética local evolucionó de forma natural, en contacto con el mar, los comerciantes y las hablas del litoral mediterráneo.
- Se trata de un fenómeno independiente, auténtico, y ligado al carácter urbano y marítimo de la ciudad.
El habla como memoria colectiva
Si quieres escuchar el habla cartagenera en su estado más puro, no busques en televisión ni en los discursos políticos. Búscalo en los corrillos del mercado, en el saludo del pescador, en la risa de las vecinas que se cruzan al ir a comprar el pan, en los ensayos de carnaval, o en las cuadrillas del jueves lardero.
Evolución por generaciones:
Generación |
Características del habla |
Mayores de 65 años |
Habla más cerrada, con léxico local, giros ancestrales |
De 40 a 65 años |
Mantienen muchos rasgos, aunque suavizan en situaciones formales |
Jóvenes y adolescentes |
Conservan el seseo y algunas frases, pero tienden a la neutralización |
La globalización y la presión mediática han suavizado el acento, pero el alma sigue ahí. El habla cartagenera resiste como resisten las piedras del puerto: con dignidad y coraje.
Comparativa con otras hablas portuarias
Ciudad |
Rasgos comunes |
Rasgos distintivos del cartagenero |
Cádiz |
Seseo, pérdida de /s/, musicalidad |
Cartagena es más contundente y directa |
Almería |
Seseo suave, entonación neutral |
Cartagena tiene acento más rotundo |
Valencia |
Castellano con interferencias catalanas |
Cartagena mezcla fonética, no interfiere |
Cartagena |
Seseo marcado, entonación viva |
Léxico propio, velocidad alta, orgullo local |
El habla cartagenera como seña de identidad
Hablar como se habla en Cartagena es un acto cultural y político. Es negarse a ser uniformado. Es decir: “esto somos”, con la boca bien abierta y el pecho por delante. Es resistir al olvido y al arrastre. Es reclamar que también en la forma de hablar hay historia, hay clase, hay dignidad.
No necesitamos aprobación externa para saber que tenemos una forma de hablar única. Nuestra lengua la pulió el mar, la afilaron los muelles y la bendijeron las madres con las nanas de toda la vida.
La voz de Cartagena no es solo una voz. Es un reflejo de su alma. Es el eco de siglos, el rugido del puerto, la carcajada de la calle, el orgullo sin complejos.
Por mucho que intenten diluirla, seguirá viva mientras alguien diga “chacho”, mientras un niño grite “¡anda ya!” o una abuela suelte “me se ha perdío el mantón”.
Porque Cartagena, además de historia, tiene acento. Y ese acento es irrepetible.