Una familia que unió territorios, gentes y agricultura en Lo Ferro (Roldán, Torre-Pacheco) y La Palma (Cartagena)
Génova y la Región: el origen de una saga.
La historia de los Ferro comienza en la República de Génova, cuna de comerciantes y navegantes. A finales del siglo XVI, varias familias genovesas se asentaron en Murcia y Cartagena, atraídas por el comercio de sedas, vinos, esparto y trigo.
Entre ellas, los Ferro destacaron por alcanzar cargos de regidores en Murcia y adquirir tierras en el Campo de Cartagena, donde convirtieron su apellido en parte del paisaje.
Décima.
De Génova vino el barco,
con sueños de mercader,
Ferro supo comprender
que el sur era buen marco.
El comercio fue su arco,
la tierra su dirección,
y al calor de esta región
sembró nombre y descendencia,
mezclando con diligencia
el dinero y el terrón.
Lo Ferro – Roldán (Torre-Pacheco): un nombre nacido de una finca.
En el año 1601 se documenta por primera vez el topónimo Lo Ferro, ligado a un paraje de Roldán. Su origen procede de Antonio Ferro, propietario de una amplia finca agrícola que articuló un nuevo núcleo de población.
La Hacienda de La Torre, centro de aquel poder señorial, poseía:
Un reloj de sol de 1754.
Una veleta con las iniciales F.-S. (Ferro y Soro), testimonio de alianzas familiares.
Una torre con campana y un escudo heráldico desaparecido durante la Guerra Civil.
En torno a esa hacienda, jornaleros y colonos levantaron sus casas, formando un barrio obrero que con el tiempo consolidó la identidad de Lo Ferro, hoy internacionalmente conocido por su Festival Flamenco, pero que hunde sus raíces en la tierra labrada por la familia Ferro.
Quintilla.
Lo Ferro dejó su huella,
en torre, campo y molino,
y al pasar del campesino
el apellido destella
como historia en el camino.
La Palma (Cartagena): la finca de Tomás Ferro.
Otra rama de la familia consolidó sus raíces en La Palma (Cartagena). Allí surge la figura de Tomás Ferro, heredero de tierras y agricultor visionario de finales del XIX y principios del XX.
Tomás Ferro introdujo mejoras en regadíos y técnicas de cultivo, convirtiéndose en referente del progreso agrícola de la comarca. Su finca acabaría legándose a fines docentes y científicos, dando lugar a la actual Estación Experimental Agroalimentaria “Tomás Ferro” de la UPCT, un centro de referencia en innovación agrícola y custodia de variedades tradicionales.
Décima.
Tomás Ferro, labrador,
en La Palma echó semilla,
y su finca hoy brilla
con ciencia y con sabor.
Fue maestro agricultor,
benefactor generoso,
y en su legado hermoso
la universidad hoy canta,
pues su memoria levanta
un porvenir esperanzoso.
Una familia que une municipios.
El apellido Ferro es símbolo de unión entre pueblos del Campo de Cartagena:
En Roldán (Torre-Pacheco), el topónimo “Lo Ferro” recuerda a la familia genovesa y sus haciendas.
En La Palma (Cartagena), la finca de Tomás Ferro enlaza tradición y ciencia aplicada a la agricultura.
Aunque no hay pruebas directas de su presencia en todos los municipios, las fincas y haciendas de los Ferro estaban insertas en una red comarcal de regadíos, jornales y comercio agrícola, que necesariamente los conectaba con Fuente Álamo, San Javier, San Pedro del Pinatar, Los Alcázares y La Unión.
Quintilla.
De Torre Pacheco a puerto,
Cartagena los recibe,
y la historia los describe
como un lazo siempre abierto
que entre dos pueblos pervive.
Patrimonio y legado.
Arquitectura: la Hacienda de La Torre en Lo Ferro y la finca de Tomás Ferro en La Palma.
Toponimia: “Lo Ferro”, testimonio vivo de un apellido.
Cultura: el Festival Flamenco de Lo Ferro, que internacionaliza un nombre con siglos de historia.
Agricultura y ciencia: la Estación Tomás Ferro de la UPCT y la Fundación Docente que lleva su nombre.
Décima.
En la torre está el pasado,
en La Palma está el futuro,
y el apellido seguro
vive en campo cultivado.
Del terruño enamorado,
Ferro es hilo conductor,
de labrador a señor,
de mercader a maestro,
y en el agro deja un gesto
de respeto y de valor.
Un Día de la Comarca Natural del Campo de Cartagena.
El ejemplo de la familia Ferro, con raíces en Torre-Pacheco y en Cartagena, nos inspira a reclamar un “Día de la Comarca Natural del Campo de Cartagena”.
Sería una jornada para:
Recordar la historia común que une a nuestros municipios.
Potenciar los lazos culturales, agrícolas y patrimoniales que compartimos.
Defender la constitución legal de la comarca, como unidad natural y social, más allá de los límites administrativos.
Décima final.
Que la comarca despierte,
con su historia por bandera,
de La Palma a la ribera
que el Mar Menor nos convierte.
Un día que nos concierte,
unidos por la razón,
con justicia y corazón,
que el apellido resuene,
y que el Campo se mantenga
como un solo corazón.

Los Ferro no fueron solo mercaderes genoveses llegados a Murcia: fueron hacedores de comarca. Convirtieron su apellido en un topónimo, un patrimonio arquitectónico y un legado agrícola y cultural.
De Génova a Murcia, de Lo Ferro en Roldán a la finca de Tomás Ferro en La Palma, este linaje demuestra que el Campo de Cartagena es uno solo, y que su fuerza está en la unidad de sus pueblos y en la memoria compartida.