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Crónicas de un Pueblo. – Andrés Pedreño: empresario, político y símbolo de la Cartagena burguesa del XIX

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Orígenes y vida personal.

Andrés Damián Pedreño Torralba nació en Pozo Estrecho el 27 de septiembre de 1820, en una familia humilde. Con visión y tesón se convirtió en un empresario de éxito, casado con María de la Concepción Deu y Maresa, de Alicante.

Su hija Florentina Pedreño Deu enlazaría con los Aznar, y más tarde con los Maestre, prolongando la influencia familiar en la vida social y económica de Cartagena.

Falleció en Cartagena el 8 de agosto de 1882, dejando tras de sí un legado de riqueza, poder e historia.

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Empresario industrial y minero.

Pedreño levantó su fortuna en el boom minero de la Sierra de Cartagena-La Unión:

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Propietario de fundiciones en Alumbres.

Titular de un muelle propio en Santa Lucía.

Inversor en sociedades como La Bella Unión, Consuelo e Incógnita, Joven Matilde o Cartago.

Su modelo era claro: controlar producción y exportación, acumulando capital y prestigio en una Cartagena que miraba a Europa.

Carrera política.

Fue diputado a Cortes por Cartagena en 1875, en el arranque de la Restauración, y aparece también citado como senador por Murcia en 1879. Sus cargos políticos le dieron visibilidad, aunque siempre destacó más como empresario.

Redes familiares: Pedreño, Aznar y Maestre.

La hija de Pedreño, Florentina Pedreño Deu, se casó con Justo Aznar y Butigieg, diputado y senador. Su nieta, Florentina Aznar Pedreño, contrajo matrimonio con José Maestre Zapata (hijo del ministro José Maestre Pérez).

De esta unión nacería Tomás Maestre Aznar, abogado y promotor del desarrollo de La Manga del Mar Menor a partir de 1956, uniendo el apellido Pedreño con uno de los mayores proyectos turísticos del sureste español.

El Palacio Pedreño.

Concepción y estilo.

Encargado en 1872 a Carlos Mancha.

Inaugurado en 1875, coincidiendo con la visita de Alfonso XII.

Estilo ecléctico, de inspiración clasicista: fachada de tres plantas, balcones corridos y forja de calidad.

Interior: gran escalera de mármol de Carrara, salones de baile y recepción.

El recrecido del suelo.

Con el tiempo, el nivel de la calle Puerta de Murcia se elevó, de modo que parte de la planta baja quedó oculta. Lo que hoy vemos como “semisótano” era en realidad una planta noble, con mayor prestancia visual.

Usos posteriores.

1. Residencia privada de los Pedreño.

2. Banco de España hasta los años 80.

3. CAMPSA en los 90.

4. Centro cultural y expositivo, como se conoce en la actualidad.

La curiosidad: ¿Palacio Consistorial?

En 1894, el Ayuntamiento de Cartagena consideró seriamente comprar el Palacio Pedreño para convertirlo en sede consistorial. Las negociaciones no prosperaron: el precio exigido por los propietarios era demasiado alto y se optó por construir un edificio nuevo.

Así nació el actual Palacio Consistorial, obra de Tomás Rico Valarino, cuya primera piedra se colocó en 1900. De haberse cerrado el trato, hoy el Ayuntamiento de Cartagena estaría en la Puerta de Murcia, y el Palacio Pedreño sería el corazón administrativo de la ciudad.

Legado.

Andrés Pedreño encarna la figura del empresario hecho a sí mismo, que levantó un palacio como símbolo de poder, entró en política y dejó un linaje que se proyecta hasta nuestros días. Su palacio, aunque no fue Ayuntamiento, sigue siendo emblema urbano y testigo del esplendor minero de Cartagena.

En décimas y quintillas

Décima.

Cartagena vio en Pedreño,

la ambición hecha certeza,

convirtió en piedra riqueza

y en palacio su diseño.

El suelo tapó su empeño,

pero aún brilla en la memoria,

con Alfonso en su victoria

se encendieron sus balcones,

y guardó en sus salones

el pulso vivo de la historia.

 

Quintilla.

Quiso el pueblo cartagenero

tener allí su consistorio,

pero falló el transitorio

acuerdo con el banquero

y quedó solo en recuerdo.

 

Décima.

Siendo noble empresario,

de Aznar y Maestre es raíz,

de La Manga al porvenir,

del pasado un relicario.

Con estilo extraordinario

levantó huella y hazaña,

aunque el tiempo lo empaña

con su calle recrecida,

sigue en la ciudad erguida

la obra magna de su España.

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