El Gobierno regional ha dado un paso más hacia la modernización y ampliación de la línea Cartagena-Los Nietos, conocida por todos como el viejo FEVE, al presentar este jueves el borrador del protocolo de actuación que se enviará al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. El encuentro ha tenido lugar en el Palacio Consistorial de Cartagena y ha contado con la presencia del consejero de Fomento e Infraestructuras, Jorge García Montoro, la alcaldesa de la ciudad portuaria, Noelia Arroyo, y los alcaldes de la Asociación de Municipios del Campo de Cartagena.
La reunión ha servido para explicar los detalles de un protocolo elaborado de forma conjunta por la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento de Cartagena, con el que se pretende transformar el actual trazado de vía estrecha en un ferrocarril moderno, eficaz y plenamente integrado en la estrategia regional de movilidad sostenible. Según explicaron los responsables regionales y municipales, la modernización integral de la línea incluirá su electrificación, la renovación del material rodante y una ampliación planificada en dos fases.
La primera fase contempla la prolongación del trazado actual hacia Cabo de Palos y La Manga del Mar Menor, uno de los puntos turísticos más importantes de la Región. La segunda fase aspira a conectar los núcleos de Los Urrutias, Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar, lo que permitiría consolidar una línea férrea de servicio público que vertebraría la ribera del Mar Menor como nunca antes.
Durante el encuentro, la alcaldesa de Cartagena subrayó que esta infraestructura es “una de las grandes oportunidades de transporte público para la comarca”, destacando su potencial como alternativa con menor impacto ambiental, útil para mejorar las conexiones diarias de los vecinos y reforzar la posibilidad de convertir muchas segundas residencias en hogares permanentes. Además, subrayó el valor turístico que supondría acercar mediante tren el litoral del Mar Menor a la ciudad de Cartagena.
Por su parte, el consejero Jorge García Montoro insistió en que la responsabilidad económica de esta gran transformación debe recaer íntegramente en el Ministerio, como titular de la infraestructura. Recordó que tanto las obras de ampliación como la compra de nuevos trenes deberían financiarse con fondos estatales y europeos. En cambio, la Comunidad Autónoma se compromete a realizar los estudios de viabilidad técnica y económica de ambas fases, con el objetivo de establecer los trazados más eficientes y valorar el coste, la demanda y la rentabilidad social del proyecto.
Una vez concluida la modernización, el Ejecutivo regional no descarta asumir la titularidad del nuevo FEVE, así como su conservación y explotación, aunque siempre vinculadas a una financiación estatal asociada al traspaso de competencias. Este paso, aseguran, permitiría una mejor integración del servicio dentro del sistema de transporte autonómico y su coordinación con la red de autobuses y movilidad de esta parte del Campo de Cartagena como lo es el entorno del Mar Menor.
Tanto el Gobierno regional como el Ayuntamiento de Cartagena recordaron que ya en enero obtuvieron el respaldo del Ministerio para extender el trazado hasta Cabo de Palos y los municipios ribereños, un compromiso que ahora se materializa en este protocolo. El documento está alineado con el Plan Director de Transportes y Movilidad y el Pacto por las Infraestructuras, y se presenta también como una oportunidad para aprovechar los recursos previstos en la nueva Ley de Movilidad Sostenible, que prioriza las inversiones en municipios de más de 50.000 habitantes.
En paralelo a la presentación del protocolo ferroviario, García Montoro informó a los alcaldes de que el Consejo de Gobierno ha aprobado la licitación de la concesión RMU-4, que reestructura el servicio de autobús interurbano entre Cartagena y los municipios bañados por el Mar Menor. Este nuevo contrato moviliza más de 16 millones de euros hasta 2035, incluye la incorporación de 16 autobuses eléctricos y se financia con fondos europeos y autonómicos. Con ello, se busca reducir emisiones, renovar la flota y mejorar las conexiones con hospitales, universidades y centros industriales.
Pese al entusiasmo institucional y la ambición de los planes presentados, la ciudadanía recibe estas noticias con una mezcla de ilusión y escepticismo. La promesa de una red ferroviaria moderna que una Cartagena con la laguna salada lleva décadas repitiéndose en distintos formatos y discursos. Ahora, el anuncio se acompaña de una planificación más concreta y respaldo ministerial, pero no son pocos los vecinos que se preguntan si esta vez el tren de la modernidad llegará realmente a su destino.





