El Cartagena Jazz Festival cierra este domingo 2 de noviembre los conciertos de su primera semana, y lo hace con una combinación tan intensa como deliciosa: la poderosa voz de Kandace Springs y la energía desbordante de Gilipojazz. Una jornada para seguir disfrutando del jazz en todas sus formas, en el escenario del auditorio El Batel. Más información y entradas en www.jazz.cartagena.es.
A las 12:30, en la terraza del Batel, el festival se sacudirá la formalidad con el jazz punk de Gilipojazz, un trío madrileño que ha convertido el virtuosismo y el humor en una bomba escénica. “Con su segundo disco, Progresa Adecuadamente, arrasan en una gira con llenos en todo el país y preparan su salto internacional”, ha explicado Eugenio González, director del evento. Su música es una mezcla frenética de jazz, rock, funk, groove, metal y pura locura teatral, un cóctel de ritmo y descaro que ha conquistado tanto al público como a la crítica. Gilipojazz no solo toca: desata una tormenta de talento y carcajadas.
Por la tarde, el escenario del auditorio se teñirá de emoción con Kandace Springs, que actuará a partir de las 19:00 horas. “Con una voz que viaja entre el soul clásico, el jazz más refinado y el R&B contemporáneo, la artista norteamericana recoge el testigo de Nina Simone para hacerlo completamente suyo”, señalaba González. Pianista y cantante de sensibilidad exquisita, Springs ofrece un concierto donde la tradición se funde con la modernidad, donde cada nota parece una caricia y cada canción, una confesión. Su voz —profunda, envolvente y sincera— convierte el jazz en una experiencia íntima, casi espiritual.
El festival continuará hasta el 16 de noviembre y recibirá a nombres de primer nivel como Paquito D’Rivera, Gustavo Santaolalla, Tigran Hamasyan, Dorantes y Moisés P. Sánchez juntos, Stacey Kent o Cecile Mclorin Salvant, entre otros. Más información y entradas en www.jazz.cartagena.es.
Cartagena vuelve a respirar jazz, entre el rumor del puerto y el eco de las notas que llenan sus noches. Porque cuando el alma vibra, la ciudad suena distinta —y este noviembre, suena a pura magia.








