La mañana del miércoles 19 de noviembre dejó en Canteras una estampa que dice mucho de Cartagena y de quienes la sostienen en silencio: cerca de 150 personas mayores, procedentes de distintos barrios y unidas por una misma circunstancia —la soledad no deseada—, compartieron una Jornada de Convivencia dentro del proyecto Vecino del Barrio. No fue un acto protocolario, sino un encuentro vivido con naturalidad, con ese tono sereno que solo se da cuando la gente se siente parte de algo.
La concejal delegada de Mayores, Francisca Martínez, acompañó a los participantes, subrayando el éxito de una iniciativa que hace apenas unos meses era solo una prueba piloto en San Antón, el Barrio de la Concepción y el Casco Histórico. Desde entonces, la idea ha ido creciendo sin estridencias pero con la fuerza de lo necesario, extendiéndose a Nueva Cartagena, Sector Estación, Los Dolores, la Barriada Virgen de la Caridad y San Ginés, hasta sumar ya más de 200 personas implicadas. No hay cifras que expliquen mejor la utilidad de un proyecto que, barrio a barrio, está tejendo compañía donde antes solo había silencio.
Vecino del Barrio, financiado con fondos europeos a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia NextGeneration EU, nace de la estrategia municipal frente a la soledad no deseada. Su lema, “Un barrio florece si tiendes la mano”, no es un adorno retórico sino una declaración de intenciones: fortalecer la solidaridad cotidiana y convertir a cada barrio en un pequeño ecosistema atento, capaz de detectar, acompañar y prevenir esas situaciones invisibles que afectan a la salud emocional de tantos mayores.
Para ello se apoyan en una red amplia: asociaciones vecinales, centros de salud, ONG, farmacias, comercios, centros educativos… Todos ellos se convierten en sensores de humanidad, en puntos de alerta y apoyo. Las actividades —gestión emocional, envejecimiento saludable, dinámicas intergeneracionales, acciones de sensibilización y fomento del voluntariado— se desarrollan dentro de las redes socio-sanitarias y de intervención social ya existentes, que conocen de primera mano la realidad de cada barrio y sus vecinos.
En esta estructura se entiende el sentido de las siglas VECINO: Vecindario, Empático, Comprometido, Implicado. Un acrónimo que no se queda en la teoría, porque detrás hay personas que dedican tiempo, profesionales que coordinan esfuerzos y mayores que, poco a poco, encuentran un espacio donde compartir, sentirse acompañados y recuperar la presencia que nunca debieron perder.
La intención del Ayuntamiento es extender el proyecto al resto de barrios y diputaciones de Cartagena. A la vista de lo vivido en Canteras, parece que ese camino ya está trazado. Porque cuando un barrio decide florecer, lo hace empezando por sus raíces: sus mayores. Y allí, en ese gesto sencillo de reunirse, escucharse y estar, se confirmó que todavía hay manos dispuestas a sostener a quienes más lo necesitan.







