jueves, noviembre 20, 2025

Crónicas de un Pueblo. – SAN ANTÓN, BARRIO DE LUZ Y MEMORIA.

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DÉCIMA DE APERTURA.

Barrio de huerta y de viento,

de rezo, fragua y canción,

San Antón fue corazón

de la historia y el talento.

Su espíritu, testamento

de nobleza y humildad,

ha sido la realidad

de Cartagena más pura,

que en su alma perdura

como símbolo y verdad.

 

I. NACIMIENTO Y ERMITA DE SAN ANTONIO (SIGLOS XVI–XVIII).

El barrio de San Antonio Abad, conocido por todos como San Antón, nació en el siglo XVI a las afueras de Cartagena. Surgió como pequeño caserío agrícola alrededor de una ermita levantada en honor al santo protector de los animales.

En sus orígenes fue un lugar de paso, de huerta y de descanso, donde los vecinos labraban la tierra y alimentaban el espíritu.

Su nombre quedó grabado en la historia cuando en 1724 se trazó la Alameda de San Antón, un paseo arbolado que conectaba la ciudad amurallada con la huerta, abriendo las puertas al futuro Ensanche.

 

DÉCIMA

A la sombra del santuario

brotó el barrio campesino,

y en su huerto vespertino

rezaba el fiel vecindario.

De tierra, sudor y horario

de sol a sol se crió,

y el santo allí bendijo

el trabajo y la esperanza,

poniendo fe y templanza

en todo lo que nació.

 

QUINTILLA

Camino, azada y sermón,

muralla, trigo y oración;

nació con alma y razón

un rincón de corazón

a la vera del portón.

 

II. LA ALAMEDA Y EL ENSANCHE.

Durante el siglo XIX, la Alameda de San Antón se convirtió en un eje esencial de comunicación y desarrollo.

Fue la puerta hacia la expansión urbana de Cartagena. Se poblaron sus márgenes con viviendas obreras, tiendas, talleres y posadas.

La modernidad empezó a llamar con silbido de locomotora y olor a carbón.

El barrio creció al ritmo del Ensanche y se convirtió en puente entre la Cartagena señorial y la trabajadora.

 

DÉCIMA

Por la Alameda cruzaban

carros, niños y esperanza,

y en su sombra la confianza

del futuro que soñaban.

Los oficios se mezclaban,

la calle fue devoción,

y San Antón, corazón

de la vida cotidiana,

se hizo ciudad ciudadana

con oficio y vocación.

 

QUINTILLA

Del centro vino el progreso,

del campo la devoción;

unidos en expresión,

brotó un barrio ilustre y grueso

de pulmón y tradición.

 

III. LA FÁBRICA DE LA LUZ Y EL PULSO INDUSTRIAL.

La llegada de la industria marcó un antes y un después.

En 1900 se inauguró la Fábrica de Fluido Eléctrico Hispania, conocida como La Fábrica de la Luz, proyectada por Francisco de Paula Oliver Rolandi.

Su majestuosa nave de 65 metros de largo por 14 de ancho, con muros de ladrillo rojo y piedra artificial, seis máquinas de vapor y dos chimeneas, convirtió al barrio en símbolo del progreso.

El humo se elevaba sobre las azoteas y la electricidad iluminaba las calles de Cartagena.

San Antón entraba así en la modernidad, pasando de la azada al martillo, de la huerta al taller.

DÉCIMA

Encendió el barrio su cielo,

la fábrica fue su altar;

de su vientre, el alumbrar

del vapor hecho destello.

El humo pintó su velo

sobre tejados y esquina,

y cada chispa divina

trajo pan, sueldo y empeño,

pues el barrio hizo su sueño

de carburo y disciplina.

 

QUINTILLA

Suena el hierro y el vapor,

la rueda gira en la faz;

San Antón fue resplandor

de trabajo y de sudor

en los albores de paz.

 

IV. EL CASINO Y LA VIDA SOCIAL.

A comienzos del siglo XX florecieron los espacios de convivencia.

El Casino de San Antón fue punto de encuentro, tertulia y cultura popular.

En él se bailaban valses, se jugaban bingos, se cosían bolillos y se tejían amistades.

El Casino fue la casa del pueblo antes de que existieran los centros cívicos; la voz de un barrio orgulloso de su identidad.

DÉCIMA

Entre lámparas de aceite

y un gramófono sonando,

el pueblo fue celebrando

lo que la rutina aceche.

En el Casino, se estreche

la amistad como bandera,

y en su charla verdadera

se oyó el rumor vecinal

de un espíritu social

que aún hoy nos reverbera.

 

QUINTILLA

Bingo, baile y devoción,

tertulia y conversación;

el Casino fue pasión,

espejo de un corazón

que aún late en la tradición.

 

V. LA HOSPITALIDAD SANTA TERESA (1916–ACTUALIDAD).

Fundada en 1916 por José Jiménez Blechmit, la Hospitalidad Santa Teresa nació para atender a los más necesitados.

Ubicada en la Calle Salvador Escudero, esta casa acogió a personas sin hogar, ofreciendo pan, cama y esperanza.

Hoy, transformada en Fundación, sigue siendo faro de caridad en medio del barrio.

Durante más de un siglo ha dado ejemplo de fe, humanidad y compromiso social.

DÉCIMA

Pan compartido y consuelo,

sopa y palabra de amor;

Santa Teresa es calor

de humanidad bajo el cielo.

Allí no hay muro ni celo,

solo abrazo y compasión;

quien llega halla redención

y quien sirve halla sentido,

porque el bien más bien nacido

es el que da el corazón.

 

QUINTILLA

Sin pedir nada a cambio,

dan la mano y el calor;

es su acción, puro candor,

la voz del barrio que, en cambio,

da ejemplo y da valor.

 

VI. LA CÁRCEL DE SAN ANTÓN (1936–2010).

Entre 1935 y 1936 se levantó la Prisión Central de Cartagena, conocida como Cárcel de San Antón.

Su arquitectura moderna y pentagonal simbolizaba el nuevo modelo penitenciario republicano.

Durante la Guerra Civil y la posguerra fue prisión política; más tarde, centro de régimen abierto hasta su cierre en 2010.

Hoy es Bien Inventariado por la Región de Murcia, pero su deterioro crece.

Los vecinos reclaman su rehabilitación como espacio cultural y de memoria.

DÉCIMA

De hierro y muro espeso,

de sombra y resignación,

la cárcel fue corazón

de un tiempo duro y avieso.

Mas el dolor no es regreso,

sino aviso y reflexión;

y su mole en compasión

debería ser museo,

donde el recuerdo y el deseo

den lección de redención.

 

QUINTILLA

Que no sea ruina ni herida,

sino historia y enseñanza;

que en sus muros haya vida,

y no quede desvalida

su memoria y su esperanza.

 

VII. INDUSTRIA Y COMERCIO A LO LARGO DEL SIGLO XX.

San Antón fue, durante décadas, uno de los motores industriales de Cartagena.

A la Fábrica Hispania se sumaron fundiciones, fábricas de oxígeno, de tintes, talleres mecánicos y pequeños comercios de barrio.

En 1946, los hermanos Zamora Conesa y su cuñado Emilio Restoy fundaron la mítica fábrica de Licor 43, cuya primera sede estuvo precisamente en San Antón.

El barrio se llenó de aroma a vainilla y cítricos, y centenares de familias encontraron en ella su sustento.

En 2012, la empresa trasladó su planta a Los Camachos, cerrando así una época dorada de empleo y prosperidad.

DÉCIMA

Entre engranajes y sol,

entre botellas y anís,

San Antón fue el aprendiz

del milagro industrial.

De Hispania al dorado alcohol,

del vapor al aguardiente,

trabajó fiel su gente

en talleres y destellos,

y el barrio fue, entre ellos,

obra noble y reluciente.

 

QUINTILLA

Hierro, vidrio y motor,

fábricas y chimeneas;

la historia sigue, y la idea

de aquel sudor y fervor

en el aire centellea.

 

VIII. FIESTAS Y GASTRONOMÍA: SAN ANTONIO ABAD.

Cada 17 de enero, el barrio se llena de vida con las fiestas en honor a San Antonio Abad.

La tradicional bendición de animales, la procesión del santo y la feria gastronómica son orgullo de Cartagena.

El pulpo sanantonero, asado a la plancha sin cocer, es su plato más popular, y los rollos de San Antón endulzan el alma con su aroma a anís.

Estas fiestas son la mejor muestra de la unión entre la fe y la cultura popular.

DÉCIMA

Bendice el santo al ganado,

los perros, gatos y yeguas,

mientras el humo hace leguas

sobre el pulpo bien dorado.

Ríe el pueblo congregado,

la plancha canta al mantel,

y bajo el cielo de miel

resuena el viva al patrón,

porque el alma de San Antón

no conoce amanecer cruel.

 

QUINTILLA

Pulpo, vino y devoción,

rollo, canto y bendición;

cada enero es comunión

de historia y celebración

en el alma del rincón.

 

IX. REFLEXIÓN CRÍTICA: EL BARRIO QUE ESPERA.

San Antón fue ejemplo de progreso, pero hoy vive marginado por la desidia institucional.

Sus calles envejecen sin un plan de mejora; sus aceras se agrietan, sus edificios piden ayuda, y su historia corre riesgo de desaparecer entre el polvo y la burocracia.

El ayuntamiento ha relegado este barrio histórico, concentrando las inversiones en otras zonas y olvidando el valor social, humano y patrimonial que encierra San Antón.

Los vecinos resisten con dignidad, pero el abandono se nota en el paisaje urbano, en la falta de mantenimiento, en la escasez de servicios, en la pérdida de identidad.

Hace falta un plan de intervención de gran impacto:

Recuperar la Cárcel como centro cultural y de memoria.

Restaurar la Fábrica de la Luz y los edificios históricos.

Mejorar calles, parques y accesibilidad.

Apoyar el comercio local y la rehabilitación de viviendas antiguas.

Reforzar la red social y cultural que todavía late en el barrio.

Sin esa acción decidida, San Antón corre el riesgo de convertirse en un museo del abandono, cuando podría ser ejemplo de renacimiento urbano y cultural.

DÉCIMA

El barrio pide ternura,

no promesas ni papel;

quien lo ve, sabe que en él

habita el alma más pura.

Hay ruina que es hermosura

si la mano la rescata;

que la ayuda no sea ingrata,

que el plan no quede en palabra,

y el poder, si algo alaba,

que invierta donde se trata.

QUINTILLA

No hay ciudad sin su raíz,

ni futuro sin memoria;

y quien borra su matriz

traiciona a la misma historia

que le dio forma y país.

 

X. CONCLUSIÓN: LA LUZ QUE RESISTE.

San Antón fue y es corazón de Cartagena.

Su gente, trabajadora y noble, mantiene viva la llama del pasado y el orgullo del presente.

Aunque la política le haya dado la espalda, el barrio sigue iluminando la ciudad con su ejemplo de convivencia, solidaridad y cultura popular.

Pero necesita ayuda, inversión y respeto.

Porque solo modernizando sin olvidar, restaurando sin borrar y progresando sin desarraigar, se podrá devolver a San Antón el lugar que merece en la historia de Cartagena.

DÉCIMA FINAL

Que el tiempo no te condene,

barrio noble y luchador;

que regrese el esplendor

que tu historia sostiene.

Tu gente aún te mantiene,

tu pulso pide verdad,

y en tu fiel humanidad

descansa el brillo futuro:

¡San Antón, barrio seguro

de la eterna dignidad!

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