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Se encontraba a la vera del Castillo de la Concepción, ceñido en torno a la Catedral. Existía un barrio típicamente cartagenero que debió ser el embrión de la ciudad. Lo habitaban desde siempre los pescadores y los obreros del puerto, esos hombres que llenaban sus ojos de azules de mar.

Sus calles eran retorcidas, pinas, difíciles e inveteradamente descuidadas, provocando quejas de los vecinos. Por este barrio han caminado Leandro, Fulgencio e Isidoro y su graciosa feminidad Florentina, estos cuatro hermanos hijos de Severiano y de Teodora.

Por las calles han corrido los vecinos al toque de rebato, para defender la ciudad de las constantes incursiones enemigas. Los vecinos han sido la baronesa del Monte y condesa de Villamanuel, y doña Francisca Tacón y Adié, que obtuvo el título de condesa de Peralta.

La calle de Orcel, fue una de las principales del barrio, Jaime Orcel, hijo de la pesquera que dio nombre, estuvo siempre a pie de guerra cuando se debía combatir a los corsarios. La calle nueva, la principal de la barriada, enclavado en su esquina con la calle de los Cuatro Santos, donde se encontraba el establecimiento de Pedro Meroño, en cuyos escaparates exhibía los quesos de leche de cabra.

Sobre el siglo XVII, un vecino del barrio puso en su fachada de la calle de Jesús Nazareno, una estampa de la Virgen de la Soledad, y esto bastó para que la calle se denomine la calle de la Soledad. Mas tarde los vecinos pusieron un altar en dicha calle. En el sigo XIX existía en esta calle, el bodegón de Córcoles, famoso por su plato de calamares rellenos, se comenta que fue uno de los sitios donde se originó el alzamiento de 1868 contra Isabel II.

Sin duda era un barrio donde no existía la intimidad, calles estrechas, los balcones y ventanas se encontraban juntas donde se podía escuchar y ver al vecino. Aparte de esto, como en cualquier otro barrio, los vecinos por las tardes también se sentaban en sus puertas con sus sillicas, seguramente para comentar los últimos cotilleos del barrio.

Artículo escrito por Historias y Leyendas de Cartagena.

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