martes, noviembre 18, 2025

El ‘Narciso Monturiol’ entra en escena: Cartagena presencia el avance decisivo del S-82 hacia el mar

Más del autor

Últimos artículos

Cartagena volvió a convertirse hoy en testigo privilegiado de uno de esos hitos discretos pero trascendentes que marcan el pulso de la industria naval española. El S-82 Narciso Monturiol, segundo submarino de la serie S-80, ya toca el agua. Tras culminar con éxito su maniobra técnica de puesta a flote, el sumergible inicia una nueva etapa en su camino hacia la entrega a la Armada: la fase de pruebas, primero en puerto y después en alta mar.

La operación, ejecutada durante varias horas mediante un dique flotante, ha requerido un trabajo minucioso y coordinado, con especialistas dentro y fuera del casco, revisando sistemas, asegurando niveles y verificando cada parámetro que garantiza que un submarino de estas características pueda abandonar el muelle con todas las garantías. No se trata solo de depositar una estructura en el mar: es el paso simbólico y técnico que confirma que todo lo construido en tierra firme comienza a comportarse como un buque real.

Empieza ahora un proceso igual de complejo. Las pruebas en puerto servirán para pulsar cada sistema vital del Monturiol: desde la carga de gasoil y baterías hasta la propulsión sobre amarras, una de las verificaciones más sensibles antes de permitir cualquier navegación autónoma. Cuando estos hitos estén cumplidos, llegará el momento de la verdad: las pruebas de mar, tanto en superficie como en inmersión, donde el submarino deberá demostrar que todo funciona exactamente como fue diseñado.

El programa S-80, del que el Narciso Monturiol es su segunda pieza clave, sitúa a España en el reducido grupo de naciones capaces de diseñar y construir submarinos convencionales de última generación. Un logro industrial y tecnológico de enorme calado que consolida a Navantia como Autoridad Técnica de Diseño y proyecta hacia el exterior una capacidad estratégica poco habitual incluso entre países con grandes armadas.

Pero este avance no solo navega en términos militares. El programa S-80 genera un impacto económico notable: una media anual de 210 millones de euros sobre el PIB y alrededor de 5.000 empleos directos, indirectos e inducidos entre Navantia, su industria colaboradora y la actividad que se despliega a su alrededor. Cada puesta a flote es, por tanto, algo más que un acto técnico: es la demostración visible de una cadena de talento, innovación y trabajo que sostiene a un sector entero.

El Narciso Monturiol ya está en el agua. Empieza ahora su recorrido hacia las pruebas definitivas. Y con él, España continúa reafirmando su capacidad para construir futuro bajo la superficie del mar.

(Visited 1 times, 1 visits today)
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Síguenos
en redes

3,641FansMe gusta
2,494SeguidoresSeguir
1,486SeguidoresSeguir
51SuscriptoresSuscribirte
Publicidad
Publicidad
Publicidad

La viñeta semanal

Noticias

Restaurantes

Hamburguesería CIRCO

Bodega Hermanos Velasco

Taberna La Tienda de Solita

Publicidad