Hace más o menos unos 2251 años desde que Mastia capitulase y se convirtiera, de una forma más o menos pacífica, en la ciudad cartaginesa de Qart-Hadasht. De esta manera, la antigua ciudad de Mastia, punto estratégico comercial de las rutas mediterráneas de la época y descrita siglos más tarde por Avieno en su obra Ora Marítima, donde muy probablemente sacó la información de la orografía de la ciudad de textos más antiguos, como el Periplo Massaliota, realizado por navegantes griegos en el siglo VI a. C., y que recientes descubrimientos de actividad minera en la zona del Almarjal en los períodos fenicio y tartésico corroboran la ubicación de Mastia en la actual Cartagena.
No podemos, de manera exacta, celebrar el cumpleaños de la fundación de la ciudad desde sus primeros cimientos, ni siquiera podemos saber exactamente los años de esta antigua ciudad, cuna de civilizaciones. Su fundación se pierde en la leyenda y, por ello, sería imposible soplar unas velas, que por otro lado serían demasiadas para apagarlas de un soplido. Lo que sí se puede hacer es celebrar una de las efemérides más conocidas de la dilatada historia de esta tierra, y es, dentro del marco de la Segunda Guerra Púnica, la conquista “pacífica” de Mastia y la fundación de Qart-Hadasht por parte de los cartagineses en el año 227 a. C., liderada por Asdrúbal, y la conquista romana, pocos años después, por el general Escipión en el año 209 a. C.
No es un cumpleaños a todos los efectos, pero es algo importante que podemos celebrar y, además, es único. Pocas ciudades en el planeta tienen una historia tan apasionada como Cartagena. Estar donde está, sin duda, ha sido clave para desarrollar tantos capítulos interesantes y decisivos en el porvenir futuro, afectando al mundo antiguo y a la historia de España. Basta con leer un poco para darse cuenta del peso que esta pequeña ciudad del Mediterráneo ha tenido en el devenir de la historia.
Un día de 1990, y gracias a la voluntad cartagenera y al orgullo que sentimos por la historia de la ciudad, diferentes colectivos y asociaciones locales comenzaron a organizar eventos que rememoraban lo acontecido en aquellos años, cuando las dos potencias más poderosas del mundo conocido decidieron enfrentarse.
Y así nacieron las fiestas de Carthagineses y Romanos, de la ilusión de una ciudad y el orgullo por su pasado, representado en actos como las bodas de Aníbal e Himilce, símbolo de la unión política entre Mastia y Cartago. Representaciones como el asedio a la ciudad por los romanos, el circo romano, el desembarco y tantos otros hicieron que las fiestas empezaran a sonar en otros ámbitos, y poco a poco, se convirtieron en unas fiestas de carácter histórico declaradas de Interés Turístico Internacional.
Este año celebramos el 35 aniversario de Carthagineses y Romanos. Ya han pasado 34 batallas desde que aquel lejano y añorado año 1990 dejase en la historia la primera celebración de las fiestas.
En nuestro programa Cosas de una Ciudad con Mar, que publicaremos, si es posible, el próximo día 15 de septiembre, hablaremos sobre nuestras fiestas, de las dificultades que siempre han tenido con el tema del campamento festero, hablaremos sobre el acercamiento de las fiestas a la ciudad y de la necesidad de más apoyo por parte de la hostelería. Hablaremos de si es mejor, o no, tener las tropas y legiones con cocina y poder cenar o comer en el campamento. Hablaremos de cómo se vive la fiesta siendo miembro de una tropa o legión, o simplemente como un civil más. En definitiva, hablaremos sobre lo nuestro, sobre unas fiestas que perduran en el tiempo y que no parece tener techo, o tal vez sí. Son cosas de una ciudad con mar.
Podéis encontrar los podcasts de nuestro programa tanto en iVoox como en Spotify. Ya si decidís seguirnos o no, es cosa vuestra.
Gracias por leer hasta el final, y ¡vivan las fiestas de Carthagineses y Romanos!
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