La cúrcuma es una especia milenaria, conocida por su intenso color amarillo dorado y su aroma terroso y ligeramente picante. Procede de la raíz de Cúrcuma longa, una planta de la familia del jengibre que se cultiva sobre todo en Asia. Durante siglos ha sido utilizada no solo como condimento, sino también como remedio natural en la medicina ayurvédica y la medicina tradicional china. Su principio activo más estudiado es la curcumina, un potente antioxidante y antiinflamatorio que ha despertado un enorme interés en la ciencia moderna.
Para que la cúrcuma despliegue sus propiedades de forma efectiva, no basta con añadirla sin más a la comida. La curcumina es poco soluble en agua y su absorción intestinal es limitada, pero hay trucos sencillos para potenciar su biodisponibilidad. Uno de ellos es combinarla con pimienta negra, que contiene piperina, un compuesto capaz de aumentar hasta 20 veces la absorción de la curcumina. Otro es consumirla junto a grasas saludables, como aceite de oliva, leche de coco o aguacate, ya que es liposoluble. Así, si se añade a un guiso con un chorrito de aceite o a una infusión con un poco de leche, sus beneficios se multiplican.
Su uso es especialmente popular en países como India, donde es un pilar fundamental del curry y otros platos tradicionales; en Indonesia y Tailandia, donde se emplea en sopas y currys aromáticos; y en Marruecos, donde aporta color y sabor a tajines y guisos. En Occidente, su fama ha crecido en los últimos años por su inclusión en recetas saludables y bebidas como la “golden milk” o leche dorada.

Un ejemplo de receta sencilla con cúrcuma es el arroz especiado. Para prepararlo, se sofríe en una cazuela una cebolla picada con un poco de aceite de oliva, se añade una taza de arroz basmati y, antes de añadir el agua o caldo, se incorporan media cucharadita de cúrcuma, una pizca de pimienta negra y sal al gusto. Se cuece hasta que el arroz esté tierno y el resultado es un plato aromático, con un color vibrante y beneficios antiinflamatorios.
La cúrcuma es mucho más que un simple colorante natural: es un ingrediente versátil que une gastronomía y bienestar. Añadirla a la dieta de forma regular, siguiendo las pautas para mejorar su absorción, puede ser un gesto sencillo pero valioso para cuidar la salud mientras se disfruta de sabores únicos.
