Restaurante LA BOCANA DE PALOS

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Ir a comer a Cabo Palos es, siempre, una opción acertada. Caminar por su paseo marítimo, viendo las olas romper en el dique del puerto, oliendo a sal. Sentarse en una de sus muchas terrazas y tomar una cerveza con alguna tapa marinera mientras esperas la llegada de la hora de comer.

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Pues eso mismo hicimos nosotros. En el paseo de la Sal de Cabo de Palos, podemos encontrar el restaurante La Bocana de Palos.

Un Restaurante moderno, con unas vistas del paisaje estupendas. Bueno, prácticamente todos los restaurantes del paseo las tienen. Pero aquí, quizás, al estar un poco más alto, sean un poquito mejores.

No habíamos reservado mesa, y eso, en Cabo de Palos en fin de semana puede ser un problema. Tuvimos suerte y pudimos sentarnos a comer.

El restaurante dispone de tres alturas con terraza exterior. Nosotros comimos en el salón de la planta baja. Forrado con madera de pino, y grandes cristaleras. Es muy luminoso y acogedor.

Pedimos unas cañas. Servidas en vaso helado. Después de echarle un vistazo a la carta, la decisión no fue fácil. Ya que vimos que había platos poco usuales para lo que uno espera de un restaurante en el paseo marítimo de Cabo de Palos. Cosa que nos sorprendió de manera positiva puesto que nos gusta mucho la innovación en la cocina.

Como entrantes, nos pusieron tres tipos de ajos diferentes. Ya sabemos que en Cabo de palos es tradición el típico mortero con ajo, es algo que no puede faltar, es tan importante como el pan. Aquí han mejorado esa tradición y otra vez consiguen sorprendernos.

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Leímos en la carta Guacamole con Totopos de Maíz, pues nada, a probar el guacamole. La presentación del plato estaba cuidada, con el guacamole en el centro rodeado por las tortas de maíz. Nos gustó mucho, hasta ahora habíamos probado el guacamole en restaurantes mexicanos y quizás en alguna tapa. Posiblemente le faltó un poquito de picante. Pero en su conjunto estuvo excelente.

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También pedimos como entrante, unas almejas con aceite, ajo y piñones nacionales. Las almejas eran de Carril. Estaban muy sabrosas y como siempre en estos platos, el caldo llama al pan para que mojemos y disfrutemos de todo el sabor del plato. Buena presentación con un toque distinto en estos platos. Los piñones.

Antes de todos los entrantes, pedimos un lenguado frito para un niño, el cual pudimos probar, ya que el pequeño no comió mucho y así pudimos aprovechar la ocasión para limpiar el plato. Pescado frito de buena calidad, no pude estar malo, y no lo estuvo.

Comentado esto, seguimos con nuestros platos principales.

Tarantelo de atún rojo salvaje de Barbate a la plancha. Servido con guarnición de verduras y cocinado al punto. Un plato exquisito.

Después de mucho sopesar y releer la carta, apostamos por el plato Tallarín nero di sepia con tomate natural, langostino, almejas y calamarcito. Fue toda una sorpresa, nos gusta mucho la cocina italiana, sobre todo la pasta, y aquí tuvimos la oportunidad de probar un plato desconocido para nosotros. La presentación del mismo estaba muy cuidada.

El trato recibido por los empleados del restaurante fue magnífico y, en todo momento, traían las bebidas solicitada sin tener que esperar demasiado. Cosa que valoramos muchísimo.

Os dejamos la cuenta para que podáis haceros una idea del precio.

A continuación detallamos su carta.

Dispones pescado salvaje con un precio en función del mercado.

La Carta puede sufrir variaciones según temporada. Esta es la que había en nuestra visita.

Críticos de Cocina.

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