Nacimiento de un gigante energético.
El 26 de junio de 1950 se inauguró oficialmente la Refinería de Petróleos de Escombreras, un ambicioso proyecto del Instituto Nacional de Industria (INI), desarrollado junto a la compañía norteamericana Caltex. El acto contó con la presencia de los ministros de Industria, Marina, Aire y Hacienda. Este momento marcó el inicio de la Cartagena industrial moderna, conectando la ciudad con el pulso energético del país.
La decisión de ubicar la refinería en Cartagena fue fruto de una conjunción de factores estratégicos:
- Disponibilidad de agua potable, canalizada desde el Taibilla desde 1945.
- Puerto de Escombreras, profundo, resguardado y con fácil acceso para buques petroleros.
- Conectividad ferroviaria, reforzada en 1958 con el ramal Escombreras–Cartagena.
- Valle amplio y apartado, ideal para el desarrollo de un complejo industrial y residencial.
Construcción, ampliación y primeros años.
En los años 50, la refinería fue tomando forma. Entre 1950 y 1963, se realizaron importantes ampliaciones, con una inversión inicial de 17 millones de pesetas por parte del INI. Se construyeron unidades de destilación, almacenamiento, y más adelante, se incorporaron instalaciones para producción de fertilizantes, desarrollando un complejo petroquímico pionero en España.
La refinería fue parte del programa de industrialización del franquismo, un símbolo del nuevo modelo de autarquía productiva que impulsaba el país. En pocos años, se consolidó como una de las principales refinerías de la Península Ibérica.
El Poblado de la Refinería: comunidad y experiencia humana.
En paralelo, nació el Poblado de la Refinería, una colonia construida para albergar a los trabajadores y sus familias. A partir de 1950, se levantaron 225 viviendas, una capilla, zonas deportivas, comercios y escuela. Fue un entorno singular donde convivían obreros, técnicos y mandos en un modelo de vida horizontal, sin clases marcadas.
Los hijos crecían juntos, se compartían meriendas, juegos, misa, fútbol y festividades. La solidaridad vecinal se convirtió en seña de identidad. Incluso el escritor Arturo Pérez-Reverte ha recordado ese entorno como un “paraíso social”, donde la infancia fue libre y digna.
Las cifras humanas: el corazón de la refinería.
Durante su momento más álgido, entre los años 60 y 70, el complejo llegó a emplear más de 3.000 personas de forma directa. A esta cifra se sumaban miles de empleos indirectos y personal de contratas y empresas auxiliares. El poblado albergó también a 3.000 habitantes, convirtiéndose en una ciudad autosuficiente dentro del valle.
Hoy, el Complejo Industrial de Cartagena mantiene más de 1.600 empleados directos y unos 900 contratistas, lo que lo convierte en uno de los principales empleadores del municipio.
El gran incendio de 1969: la cicatriz del progreso.
El 1 de octubre de 1969, una explosión y posterior incendio destruyeron ocho tanques de almacenamiento de crudo. Las llamas, visibles desde toda la comarca, tiñeron el cielo de negro durante días. Fue uno de los mayores siniestros industriales registrados en España hasta la fecha.
Aunque no hubo víctimas mortales, el siniestro supuso un antes y un después. Las autoridades ordenaron la evacuación del poblado, por el riesgo constante, la toxicidad
del aire y las nuevas exigencias de seguridad. Poco a poco, las familias se dispersaron, y con el tiempo, el poblado fue desmantelado.
Transformación, modernización y futuro.
En los años 70, la refinería pasó a ser gestionada por ENPETROL, y en 1987 Repsol asumió el control. La entrada de esta compañía supuso un salto tecnológico, y sobre todo, medioambiental. En 2008 se inició una modernización sin precedentes, con una inversión de 3.200 millones de euros, finalizada en 2012.
Gracias a ello, la refinería duplicó su capacidad de producción y se convirtió en una de las más avanzadas de Europa. Se incorporaron unidades de:
- Hidrocracking
- Destilación al vacío
- Coquización retardada
- Producción de hidrógeno
- Desulfuración profunda
- Sistemas de eficiencia energética
Actualmente, la refinería produce hasta 11 millones de toneladas anuales, es decir, 220.000 barriles al día. Está conectada por oleoductos con Puertollano y cuenta con instalaciones marítimas y ferroviarias de última generación.
Productos que se elaboran hoy.
La refinería de Cartagena hoy es un referente tecnológico y una pieza clave en la transición energética de Repsol. Entre sus productos se encuentran:
- Gasolinas y gasóleos
- Combustibles para aviación y transporte
- Lubricantes industriales
- Coke de petróleo
- Hidrógeno
- Fertilizantes y productos petroquímicos derivados
Además, su vocación actual apunta al uso de materias primas bajas en carbono, biocombustibles y eficiencia energética.
Un legado que va más allá del petróleo.
La refinería de Escombreras ha sido el corazón industrial y económico de Cartagena durante más de 70 años. Su impacto ha sido económico, tecnológico, social y humano. Generaciones enteras han trabajado entre sus muros, han creado sus familias en su entorno y han dado forma a una comunidad que aún hoy perdura en la memoria colectiva.

Aunque el poblado ya no exista, y las chimeneas que lo vieron nacer hayan cambiado de rostro, la huella de la refinería sigue viva en la historia y en los corazones de muchos cartageneros.
Fue más que un centro energético. Fue un hogar, una escuela de vida, un símbolo de la Cartagena que se levanta con esfuerzo y sueña con futuro.