Cartagena lleva años aprendiendo a mirar sus montes con otros ojos. Ya no como simples telones de fondo de la ciudad o como paisajes castigados por el tiempo, sino como piezas vivas de un patrimonio que merece cuidados, planificación y visión de futuro. Con ese espíritu, el Ayuntamiento ha anunciado que el Monte de Galeras será escenario de una renaturalización de gran escala, un proyecto que seguirá la senda iniciada en el Bosque Romano y que pretende recuperar este enclave estratégico como espacio natural, histórico y público.
La alcaldesa, Noelia Arroyo, desveló la iniciativa durante la celebración del décimo aniversario de ARBA Cartagena–La Unión, en un acto que tuvo lugar en el campus del CIM de la UPCT. Allí, Arroyo recordó que Cartagena es una ciudad de patrimonio —cultural, arquitectónico y también natural— y que todos estos valores deben avanzar a la par. Subrayó que la naturaleza local no es un mero adorno paisajístico, sino una parte esencial de la identidad del municipio y una oportunidad para construir un futuro más sostenible.
La hoja de ruta ya tiene un espejo en el que mirarse: el Bosque Romano, el corredor verde que avanza en el área oeste del municipio, donde se ha demostrado que es posible combinar recuperación ambiental y legado histórico, integrando antiguas canteras romanas con nuevos hábitats naturales. Esa misma filosofía se aplicará en Galeras, un monte donde conviven fortalezas, baterías y elementos patrimoniales que merecen ser preservados al mismo tiempo que se devuelve vida a su entorno natural.
La reciente incorporación del Monte de Galeras al patrimonio municipal abre la puerta a un proceso de recuperación ambicioso. El Ayuntamiento lo interpreta como una responsabilidad y, a la vez, como una oportunidad para reconectar este enclave con la ciudad. En esta tarea contará con el asesoramiento y la experiencia de ARBA, cuyo trabajo en restauración forestal, control de flora invasora, recuperación de hábitats litorales y voluntariado ambiental la ha convertido en una referencia en la comarca.
Arroyo agradeció públicamente el premio recibido por parte de la asociación, destacando que para el Ayuntamiento supone el reconocimiento de unos socios sólidos y comprometidos. Valoró especialmente su participación en proyectos municipales como la revitalización del entorno rural y las actuaciones contra la basuraleza, donde su implicación ha sido determinante en acciones de gran impacto como la macro limpieza de Lo Poyo o las intervenciones recientes en El Carmolí. También elogió su labor en la recuperación de laderas quemadas y en la regeneración de sierras litorales, así como en la incansable sensibilización ambiental.
El compromiso municipal con la conservación del arbolado urbano, de los árboles singulares y con la restauración de flora autóctona sigue firme, con proyectos como el desarrollado en la ladera de El Molinete como ejemplo reciente de esta línea de trabajo. La alcaldesa concluyó que la meta es avanzar hacia proyectos de naturalización de gran escala, en los que la colaboración con entidades como ARBA será clave para que Cartagena recupere, proteja y valore el patrimonio natural que siempre ha formado parte de su historia.
