La asociación de antiguos alumnos de la Escuela Técnica de Aprendices de Bazán celebró la conferencia ‘La fábrica de submarinos: La SECN en Cartagena 1.909 – 1.938’, siendo la cuarta del ciclo de jornadas que está llevando a cabo con motivo del centenario de su fundación.
El ponente fue presentado por el vicealmirante José Manuel Sanjurjo Jul, doctor ingeniero de Armas Navales, académico de la Real Academia de Ingeniería y antiguo director de Navantia-Cartagena.
«José Ibarra Bastida, natural de Cartagena y licenciado en Historia por la UNED, ha publicado varias obras de temática local. Asimismo, es un gran conocedor de la historia de Bazán y de su escuela dado que está informado de primera mano, pues él fue aprendiz de la promoción del 81».
El historiador comenzó su intervención informando que la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN) se hizo cargo de las instalaciones en agosto de 1909. «El capital británico – que fue del 40% – lo pusieron las casas inglesas Vickers, Armstrong y Brown, siendo ellos los que dirigieron la empresa en estos 30 años. El restante vino de bancos, compañías y pequeños inversores españoles, sobre todo vascos y catalanes».
El Arsenal fue dividido en dos sectores. El sector norte quedó en manos de la Armada como Arsenal Militar y, el sector sur se cedió a la SECN. «Cuando esta aterrizó en Cartagena, la ciudad era la octava de España en población. Durante muchos años Cartagena fue la ciudad no capital de provincia con más habitantes de toda España y tenía una gran pujanza económica, política, industrial y cultural».
Ibarra recordó que España había inventado el submarino Peral en 1888 y ese proyecto fue abandonado por el Estado por razones ya conocidas. Durante 30 años no se fabricó ningún submarino en España. «Sin embargo, en 1915 – con motivo de la I Guerra Mundial – se inauguró en España el Arma Submarina siendo Cartagena designada como Estación Submarina, con lo que a la SECN se le encargó la construcción de 28 submarinos al calor de la Ley Miranda».
El primer submarino – el B1 – se puso en quilla en 1917 y se botó el 2 de junio de 1921. Se eligió como modelo el Holland F 105 de la empresa norteamericana Electric Boat (Groton, Massachussets). «A partir de ahí llegó el momento de máxima producción. Se llegaron a construir seis submarinos y tres destructores a la vez en julio de 1924 y, en 1925 se inauguró la Escuela Técnica de Aprendices. «La SECN fue capaz de entregar 12 submarinos en 8 años. En concreto, seis de la clase B entre 1922 y 1926 y otros seis de la clase C entre 1928 y 1930».
La última década de vida de la SECN en Cartagena fue la del declive. En los años 30 se sucedieron circunstancias tanto económicas como políticas – el crack de 1929, la II República y la Guerra Civil – que desestabilizaron el desarrollo normal de la empresa. «Los ingleses comenzaron a desinvertir, se abrió una crisis en la SECN en el 1934 y el gobierno de la II República se vio obligado a expropiar la empresa en 1936».
El historiador recordó que «nuestros abuelos fabricaron submarinos en la SECN, nuestros padres los hicieron en Bazán y, cien años después, nosotros continuamos fabricando submarinos en Navantia».
Ibarra finalizó afirmando que «de los 37 submarinos que se han fabricado en España en estos 100 años, 35 han sido construidos en Cartagena. Somos la fábrica de submarinos de España, una de las 5 de Europa y de las 15 que fabrican submarinos en todo el mundo».
El acto, realizado en el salón de actos del centro universitario ISEN, contó con la asistencia de más de setenta personas finalizando con la entrega por parte del presidente de la asociación, José Manuel Marín Garre, de sendas placas conmemorativas tanto al ponente como al presentador.
