El salón de actos del Museo Teatro Romano de Cartagena se prepara para abrir sus puertas este viernes 28 de noviembre, a las 19:00 horas, a una cita imprescindible con el arte local. Allí, Enrique Navarro Carretero ofrecerá una conferencia dedicada a la obra mural y decorativa de Ramón Alonso Luzzy y Enrique Gabriel Navarro, dos creadores cuya firma forma parte del paisaje íntimo de la ciudad. La entrada será libre hasta completar aforo, un gesto acorde con el espíritu de un trabajo que siempre quiso pertenecer a todos.
Hablar de Luzzy y Navarro es hablar de una Cartagena que crecía, que se ensanchaba hacia nuevos barrios y que encontraba en el arte una manera de definirse. Sus murales, vidrieras y composiciones decorativas no solo destacan por su calidad técnica, sino por la manera en que capturan el pulso de una época de transformación económica y urbana. Muchas de estas obras siguen escondidas —o mejor dicho, integradas— en los portales y entradas de edificios que millones de pasos atraviesan cada año sin advertir que, sobre sus cabezas, permanece el testimonio silencioso de dos artistas que entendieron el espacio público como un lienzo abierto.
Paseo de Alfonso XIII, Alameda de San Antón, Soldado Rosique, Plaza de la Universidad o la calle Carlos III son solo algunos de los lugares donde reposan estos trabajos, dispersos por la zona residencial que comenzó a levantarse a partir de los años 60. A ellos se suman otros anteriores, situados en el corazón histórico de la ciudad y en espacios públicos que hoy forman parte natural del recorrido cotidiano. Juntos, conforman un patrimonio cultural tan valioso como cercano, uno que Cartagena ha heredado casi sin darse cuenta, pero que le pertenece profundamente.
La conferencia propone un viaje a través del proceso creativo que ambos artistas compartían, desde el primer apunte en un cuaderno hasta la plasmación física de una obra en la que el color, las texturas, los materiales y los volúmenes actuaban como elementos transformadores. En cada pieza late la búsqueda de un lenguaje común, la voluntad de romper con lo previsible y la certeza de que el arte, cuando dialoga con la arquitectura y con la gente, adquiere una vida propia.
Las obras de Luzzy y Navarro siguen ahí, respirando en silencio entre el bullicio de la ciudad. Redescubrirlas es también una forma de redescubrir Cartagena. Y esta conferencia, más que una lección de arte, es una invitación a mirar con nuevos ojos aquello que creíamos conocer.









