Pues así, sin darnos cuenta, hemos entrado en 2023 y como se suele decir; hasta San Antón Pascuas son y con San Antón llegan sus fiestas. Esas fiestas donde el pulpo a la cartagenera es el auténtico protagonista. Ese pulpo a la plancha con su aliño que lo hace único.
El barrio de San Antón se prepara para sus fiestas y los bares, los pocos que quedan, sacan sus barras a la calle y encienden las planchas donde centenares de pulpos de roqueo serán asados. No solamente probaremos el pulpo que, por supuesto es de obligación marcial, sino que también es típico tomar un poco de productos del cerdo; longanizas blancas y rojas, morcillas, etc. No puede faltar el haba fresca para terminar, claro está.
Como cada año, abrimos el debate de si las fiestas de San Antón deben extenderse al resto de la ciudad o deben permanecer inalterables.
El barrio de San Antón lleva años sumido en un declive que prácticamente deja en cuadros el mejor de los reclamos de las fiestas: El pulpo. Cada vez son menos los bares que podemos encontrar en el barrio. Esto puede poner en peligro uno de los aspectos diferenciales que hacen exclusivas nuestras fiestas, más allá de bautismo de animales y rollos de San Antón.
Debido a la falta de inversión e ideas para reflotar el barrio – habría que dar una vuelta al porqué somos capaces de dejar morir un barrio. Visto lo que hicimos bastantes años atrás, dejar morir al mismísimo casco histórico de la ciudad para después reflotarlo; tarea que hoy en día continua, no es de extrañar que hagamos lo mismo con el barrio de San Antón. Desde luego es para parar y reflexionar. – Para evitar que la tradición de asar pulpo se convierta en otro recuerdo de la historia de nuestra ciudad, tal y como pasó con la velada marítima debido al trágico suceso acaecido aquel 25 de julio de 1972, proponemos extender la fiesta al resto de la ciudad.
Claro que la mejor solución sería dotar al barrio de bares que permitan seguir con la tradición, pero mientras tanto, como solución circunstancial, no estaría mal que al menos un día durante las fiestas los bares de toda la ciudad tuvieran la libertad de sacar sus barras a la calle y continuar con la tradición.
También, y esta idea puede que sea más factible, ya que puede que si sacamos las fiestas del barrio pierdan su esencia, los bares que quieran podrían montar puestos en diversos puntos de San Antón y ofrecer el popular pulpo como siempre se ha hecho. No tiene que ser muy difícil, ya se han hecho cosas parecidas, la celebración de Cartagena Sabores en la explanada camino a la terminal de cruceros es prueba de ello.
Pase lo que pase y se haga lo que se haga, estamos seguros de que seguiremos disfrutando de un buen pulpo a la cartagenera y seguiremos luchando para que nuestras costumbres y tradiciones no caigan en el recuerdo nunca más.
ECU
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Hola. Hoy hemos estado en la Plaza de la Iglesia de San Antón, en Cartagena. Un solo bar de los tradicionales abierto, y no había plancha, ni siquiera olor a pulpo asado. Ninguna otra actividad como hace años: ni máquinas de feria, ni colchonetas para los niños, ni nada de nada. Las fiestas de San Antón, desgraciadamente, han muerto.