Es curioso las historias que hay detrás de algunos nombres. En 1947, el ordenador Mark II, construido para la Marina de los Estados Unidos, dejó de funcionar correctamente, dando resultados erróneos en sus operaciones. Revisando el equipo, vieron que una polilla estaba provocando que un relé no pudiese hacer el cierre. Cuando retiraron aquel bicho, en inglés bug, el Mark II volvió a trabajar correctamente y surgió el término debug empleado en informática para la localización y solución de errores en el software.
En una de las renovaciones artilleras que, a lo largo de la historia, tuvo el castillo de la Concepción, conocido coloquialmente como castillo de los patos y ubicado en el monte que los romanos llamaron Mons Esculapii, uno de los cañones obsoletos quedó tirado en la calle que hoy conocemos como calle del cañón.
Hablando de esta calle, en el número 1, abrirá próximamente el local La Marinera Tapas, un nuevo local de tapas donde la popular tapa, que también tiene una curiosa historia sobre su nombre, será el buque insignia del local.
Curioso es también el nombre de esta popular tapa que, a estas alturas de su historia, suponemos que todo el mundo conoce o, al menos, debería conocer para no cometer errores en la ubicación de su nacimiento.
Cartagena siempre fue un destino donde realizar el servicio militar, la famosa mili. Era normal encontrar a miles de marineros de reemplazo paseando por las calles de la ciudad. A principio de los años 70, un grupo de marineros disfrutaba de un almuerzo en uno de los locales que por aquellos entonces había en la plaza de Rey, frente al Arsenal. Era muy común ver a los marineros almorzando en aquella plaza. Una de las tapas típicas que solían poner al centro era ensaladilla rusa acompañada por unas cuantas roscas. Un marinero llegó un poco más tarde y se puso a comer de las tapas que sus compañeros habían pedido; el camarero acudió a la mesa y le preguntó al muchacho. – ¿qué te pongo marinero? – los compañeros de este respondieron entre risas. – ponle una marinera. – el camarero, también entre risas respondió. – Eso no puedo ponértelo. – y uno de los compañeros cogió una anchoa y se la puso en la ensaladilla, que previamente había cogido utilizado la rosca, y dijo. – Aquí tienes tu marinera. – la mezcla gustó y, durante los días posteriores el camarero siguió con la broma preguntándoles si querían marineras, en referencia a la combinación rosca, ensaladilla, anchoa. Y así fue como nació esta popular tapa creada por unos marineros de reemplazo que pasaron sus días de soldado en nuestra Plaza Fuerte.
Críticos de Cocina
Escucha nuestro podcast "Cosas de una ciudad con Mar", de ¿Dónde Comemos? Cartagena. Pulsa reproducir en navegador en la pantalla de abajo.
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Descubre Cartagena. Una ciudad con mar
A ver si los del otro lado del puerto de la cadena. Se enteran de su origen, leyendo este magnífico blog!