Los Dátiles de Mar
Había un bar muy antiguo ubicado en la pintoresca playa llamada Cala Cortina, en Cartagena. Los dueños de este local eran famosos por tener en su menú una delicia culinaria muy especial: los dátiles de mar. Estos pequeños moluscos crecían en las rocas cercanas al bar, y su sabor era tan exquisito que los clientes venían de todas partes para probarlos.
Los dueños del bar se enorgullecían de su secreto culinario, y lo cuidaban con recelo. Sabían que los dátiles de mar eran un tesoro que no podían permitirse perder. Pero una noche de verano, un ladrón de platos entró en el bar y se llevó todos los dátiles de mar que había en el lugar.
Los dueños del bar se quedaron consternados. ¿Cómo podrían recuperar su tesoro culinario? Sabían que los dátiles de mar eran muy difíciles de encontrar, y que otros bares de la zona estarían encantados de tenerlos en su menú.
Decididos a recuperar sus preciados dátiles, los dueños del bar empezaron a buscar al ladrón. Tras indagar por los bares de la zona, finalmente recibieron una pista: el ladrón había sido visto en una vieja taberna del barrio de Santa Lucia.
Sin pensarlo dos veces, los dueños del bar se dirigieron a la taberna. Allí encontraron al ladrón, que al verlos se echó a llorar. Sabía que había cometido un error al robar los dátiles de mar, y estaba arrepentido.
Los dueños del bar decidieron perdonarlo, pero con una condición: el ladrón tendría que ayudarles a buscar dátiles de mar siempre que fuera posible. El ladrón aceptó, y desde entonces se convirtió en un colaborador habitual del bar.
Con la ayuda del ladrón arrepentido, los dueños del bar lograron encontrar de nuevo los mejores dátiles de mar de la bahía de Cartagena. Y así, volvieron a ofrecer a sus clientes el manjar más exquisito del mediterráneo.
Deja tu reseña
Puntuación
Reseña
No hay reseñas todavía. Sé el primero en escribir una.
Escucha nuestro podcast "Cosas de una ciudad con Mar", de ¿Dónde Comemos? Cartagena. Pulsa reproducir en navegador en la pantalla de abajo.