Basándonos en la tesis doctoral del físico estadounidense Hugh Everett donde da a entender la posibilidad de la existencia de mundos paralelos basándose en el problema de las mediciones cuánticas y al concepto de colapso de la función de onda, entendemos de que debe existir un universo donde en la ciudad de Cartagena exista un Parador de Turismo.
El Parador de Turismo, ubicado en el cuartel de Fajardo, es un monumento más de la ciudad, aunque forma parte del conjunto de monumentos defensivos militares que hay en todo el municipio y que se conservan y mantienen en perfecto estado. Son miles los turistas que cada día visitan la red de baterías de costa de Cartagena.
Al turista que se aloja en el hotel, le llama mucho la atención el servicio de taxi lancha que tiene a su disposición para ir al centro de la ciudad en pocos minutos, aunque también puede optar por el bonito paseo que hay desde el Parador hasta el casco histórico de la ciudad. Un paseo marítimo que no deja indiferente a nadie por las bonitas vistas de la bahía de Cartagena con la ciudad al fondo coronada por el castillo de la Concepción.
La playa del Espalmador tiene aguas cristalinas y dispone de un chiringuito donde puedes tapear y comer. Sus arroces son deliciosos, sobre todo el más típico de Cartagena, el Caldero. El olor a pulpo que sale de su plancha es atrayente y todo un éxito. El clima de esta zona de España permite disfrutar de la playa durante todo el año, además como está dentro de la dársena de Cartagena, está protegida de corrientes y grandes olas gracias al dique de Navidad y también por encontrase en uno de los puertos naturales más impresionantes de todo el Mediterráneo.
La ciudad ha sabido preservar y adaptar su dilatado patrimonio a través de los años. Todas las calles del centro están adoquinadas y la muralla de Carlos III, que rodea toda la ciudad antigua, está en perfecto estado. Impresiona su catedral, Santa María la Vieja, destruida durante la Guerra Civil y restaurada años después de terminar el conflicto. La Catedral abre paso a un impresionante teatro romano que hace más atractiva la oferta turística de la ciudad.
El transporte público de Cartagena es eficaz, dispone de pequeños autobuses llamados ICUE que circulan por el centro de la ciudad dejándote en los principales reclamos turísticos. Muy cómodo cuando te dejan a las puertas del parque Torres, que dispone de dos paradas, una en el rentable restaurante con unas vistas increíbles de toda la bahía y otra en la linterna.
Sorprende la calle San Fernando, repleta de pequeños locales de tapas. Tapas de la tierra como La Marinera, creada en la ciudad y exportada a otros puntos de la Comunidad Autónoma Cartaginense, nombre tomado de su diócesis y cumpliendo, así, con la Constitución Española en lo referente a las denominaciones de las CCAA.
La disposición de aseos públicos en la ciudad asegura encontrar uno de ellos en los momentos de necesidad imperiosa y, como se puede pagar mediante tarjeta de crédito o moneda, su uso está garantizado y no supeditado a llevar la moneda exacta en el bolsillo. Cuentan que en principio se decidió instalar solamente con moneda, pero alguien del ayuntamiento comentó que sería mejor implementar, también, el pago con tarjeta. Hay mucho turista de origen británico que llega en crucero y no ven necesario cambiar su divisa. El pago con tarjeta es rápido y fácil.
Suena un pitido, insistente, perturbador. El adoquinado de las calles sale disparado a un cielo negro. Veo la catedral derrumbarse dejando una columna de polvo que engulle el cielo negro a una velocidad asombrosa. La mente regresa despacio de un universo paralelo que debe existir. Donde impere el sentido común. Nos ha tocado ser de esta realidad, pero la realidad es maleable y se puede cambiar, adaptar a la verdad. Abro los ojos y digo en voz alta: Alexa apaga la alarma.
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