Hoy Viernes Santo es el día
en que Jesús Nazareno,
portado por hombres buenos,
desde la Pescadería,
la madrugada rompiendo,
va a realizar el Encuentro
con su Madre, que estaría
en El Lago, donde cientos
de cartageneros habría
para vivir el momento
en que la Virgen, sufriendo,
lo consuela en su agonía.
El gran acontecimiento
Cartagena viviría,
pero el virus del averno
nos golpea todavía.
Mas sabéis que me he propuesto
que las procesiones sigan
desfilando con mis versos.
Y por eso en este día
en esos versos veremos
cómo Jesús Nazareno
puntual acude a su cita.
Cuatro poesías serán:
Semana Santa te canto
de corazón, de verdad.
Virgen de la Caridad,
arrópanos con tu manto.
El Miércoles, la ciudad
ve a Jesús prender con llanto.
Encuentro en la “Madrugá”
Marraja del Viernes Santo.
En la cuarta y última entrega
que termina mi trabajo
el turno le toca y llega
al Viernes Santo marrajo.
PREÁMBULO
La tarde del Jueves Santo
se reúne con gran flema
el Cabildo de las Yemas,
de los Marrajos un Acto
que analiza la Cuaresma
hasta ese día, su impacto
y los posibles problemas,
y se unen en un pacto
para que el Viernes, de facto,
triunfe su desfile emblema.
Y al final de este contacto
llega la hora suprema:
degustar las dulces Yemas
que el nombre dan a este Acto.
ANTIVIRUS
Virus maldito, el veneno
que nos inoculas, cruel,
nuestro Jesús Nazareno
pronto acabará con él.
TROVO CARTAGENERO A JESÚS NAZARENO
¡Viernes Santo. Madrugada!
Vienen quitándole espinas
de la frente ensangrentada
a Jesús las golondrinas.
Hombres de rudo trabajo.
Pescadores de alborada.
Emociona su mirada
al Cristo de los Marrajos.
¡Viernes Santo. Madrugada!
Por Santa Lucía asoma.
A Jesús ya se adivina.
De su sangrante corona,
golondrinas y palomas
vienen quitándole espinas.
Camino de su dolor,
en soledad despiadada,
una mujer con valor
le limpia polvo y sudor
de la frente ensangrentada.
En la cruz lo ve la gente,
se les graba en las retinas.
Mientras muchos se arrepienten
siguen limpiando la frente
a Jesús las golondrinas.
EPÍLOGO
Cofrades y Penitentes,
“Judíos” y Granaderos,
Portapasos, Nazarenos,
creyentes y no creyentes
del Pueblo Cartagenero
y los marciales Piquetes
que dan cierre a los cortejos,
todos estáis muy presentes
en el alma del trovero
que ha querido, humildemente,
que desfilen en sus versos
las procesiones, que cruelmente
el virus deja en suspenso.
Pero puede que en Septiembre
las procesiones veremos,
puesto que excepcionalmente
el Papa permite hacerlo.
Y si no, al año siguiente
volverán más relucientes
y el pueblo cartagenero
las vivirá intensamente
y el virus será un mal sueño.
¡Semana Santa, presente
siempre estarás en el pueblo!
ECM
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Siento profundo respeto por la fe del prójimo, y por los bellísimos versos de Enrique Costa-Mínguez. Nacen de la tragedia, para perdurar.