En Cartagena existe un paraje singular conocido como la Algameca Chica; recibe el nombre en memoria de un eremita musulmán llamado Selim El Algamek. Este asentamiento data del siglo XVIII y estaba ocupado por pescadores. Posteriormente, trabajadores de las minas de yeso cercanas, establecieron su residencia aquí. A mediados del siglo XVIII, durante los años 1732 y 1782 se construye el arsenal de Cartagena, dando a la ciudad la actual fisonomía que hoy conocemos. Para poder construirlo, tuvieron que desviar la rambla de Benipila a la Algameca Chica, convirtiendo el lugar en una especie de ría, dándole un aspecto atractivo y curioso.
Hemos querido dar un paseo por este rincón cartagenero. Para empezar bien la ruta, hemos cogido fuerza en el bar Paco, un kiosco ubicado en la esquina de la calle Pio XII y la carretera de la Algameca. Hemos tomado un bocadillo de tomate, lomo y queso junto a una cerveza. Un buen sitio, económico y de buen trato.
Seguimos nuestro camino hacia la Algameca por el margen izquierdo de la rambla. Es un paseo tranquilo por un sendero que discurre junto a la muralla de Carlos III. Poco después, llegamos a las puertas del astillero; seguimos caminando, ya por una carretera de tierra que nos llevará a las primeras casas del paraje.
Llama la atención las embarcaciones amarradas frente a las viviendas en primera línea. Esperando a salir a mar abierto, pero de momento tendrán que esperar. Las últimas tormentas sufridas en la ciudad han dejado incomunicada la salida al mar. La gente del lugar está haciendo todo lo posible para que draguen la desembocadura de la rambla; de momento no hay movimiento por parte de las autoridades competentes.
Venir aquí, es muy recomendable, no solo ya por estar en contacto directo con la belleza de la costa de Cartagena, llena de rincones maravillosos, capaces de enamorar a las distintas civilizaciones que, a lo largo de la disipada historia de la ciudad, han llegado desde el mar para poseer esta joya mediterránea, sino que también, podemos comer en alguno de los sitios que esconde la Algameca Chica.
En el margen izquierdo podemos encontrar la Tasca la Vaska. Un rincón de la gastronomía vasca en la Algameca Chica. Ya en el margen derecho, encontramos la tetería Sidi, un restaurante marroquí donde probaremos los típicos platos del país vecino.
También, en el margen derecho podemos comer en una casa donde sirven comidas por encargo con más de 80 años de tradición. También, para calmar la sed, tenemos el chiringuito de Manolo, con unos precios de los años 80.
Hemos disfrutado con este paseo, y nos queda disfrutar del placer de comer en un lugar histórico, un lugar que sueña con ser declarado bien de interés cultural. Un sueño que se hará realidad con la ayuda de todos.
Críticos de Cocina.
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[…] en La Algameca Chica, en la desembocadura de la rambla de Benipila, en Cartagena. Un lugar perdido en el tiempo con una […]