Todavía no estamos en Navidad y aunque en algunos lugares ya han encendido las luces en busca de un absurdo protagonismo en una todavía más absurda carrera para ver quién se adelanta a los demás y consigue algún que otro titular en los medios de comunicación, vamos a hablar sobre una de las tradiciones de nuestra ciudad que se celebra justo después de la Navidad. Las fiestas de San Antón.
Hay un dicho popular que insinúa que hasta San Antón Pascuas son y es precisamente en esa fecha cuando el barrio de San Antón celebra sus fiestas, concretamente desde el día de Reyes hasta el San Antón. Unas fiestas donde el pulpo a la cartagenera era el protagonista destacado de las fiestas, pero hace ya mucho tiempo que las fiestas perdieron el brillo y la alegría del pasado.
La ausencia de bares en el barrio es el principal motivo de la decadencia de estas fiestas. Con el paso del tiempo, el barrio ha sufrido una degradación notable y ha entrado en caída libre sin proyectos que revitalicen el castizo barrio. Los bares del barrio de toda la vida fueron cerrando poco a poco hasta desaparecer por completo, a excepción del Paso de los Elefantes, único baluarte de la gastronomía española en el barrio.
Está claro que, sin bares que saquen sus barras a la calle y monten sus planchas para asar nuestro exquisito pulpo, no habrá fiestas de San Antón, por muchos animales que acudan a la iglesia a ser bautizados en la onomástica del Santo. Como cada año, vamos a tratar de dar alguna idea para salvaguardar una fiesta que debería ser patrimonio de nuestra ciudad.
En la plaza de la iglesia se podrían montar unas casetas llevadas por restaurantes del municipio y durante el fin de semana de las fiestas, tener la oportunidad de acudir a degustar nuestro pulpo, de nuestras morcillas y longanizas y de todo lo que siempre hemos comido en las fiestas. Sería algo similar a ‘Cartagena Sabores’, que se realiza en el puerto.
Otra de las posibles soluciones que Cartagena podría adoptar sería ampliar las fiestas a toda la ciudad. Que todos los bares y restaurantes de la ciudad ofrezcan pulpo a la cartagenera, el verdadero. Y durante el fin de semana de las fiestas, al menos en la zona peatonal, que los locales saquen las barras a la calle y las impregnen del aroma inigualable de nuestro pulpo. Un fin de semana donde se instalen atracciones de feria para que los más pequeños disfruten mientras sus progenitores lo hagan con un buen plato de pulpo.
Un concurso para ver quién prepara el mejor pulpo a la cartagenera sería un aliciente y una motivación para los hosteleros de Cartagena. Ya se hace con nuestros michirones y es todo un éxito.
No podemos dejar en el olvido una de las tradiciones más queridas de nuestra ciudad. Hay que hacer algo y hay que hacerlo ya. Estas son solamente unas ideas de qué se puede hacer para no perder esta antigua tradición. Dejad vuestras ideas en comentarios, os leemos.
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