La entrada a Cartagena desde el mar está protegida por montes coronados con sendas baterías de costa que hacían de la ciudad un lugar inexpugnable.
En nuestra ruta de hoy, coronamos el monte de San Julián y visitamos su imponente castillo, cuya terminación data del año 1883 y tuvo como objeto, defender la bocana del puerto de Cartagena. Fue erigido alrededor de una torre cilíndrica construida por los ingleses durante la guerra de sucesión española, sobre 1706.
Descubre Cartagena. Una ciudad con mar
Comenzamos nuestra ruta desde la estación de autobuses rumbo hacia Santa Lucía. A nuestra derecha, podemos ver parte de la muralla de Carlos III, donde destacan el fuerte de Despeñaperros, de la época de la guerra de sucesión, el cuartel de Antigones y el Hospital de Marina. Los dos últimos forman parte de la Universidad Politécnica de Cartagena. A la izquierda, podemos ver el Castillo de los Moros, fortificación del siglo XVIII y actualmente en un estado lamentable.
Seguimos avanzando hacia Santa Lucía por el paseo del Muelle hasta llegar a los restos de la fábrica de Peñarroya, donde iniciamos el camino de tierra que nos llevará a lo alto del monte. Caminamos por la rambla del cobre pegados al muro que delimitaba la fundición hasta llegar a un camino más ancho. Tomamos el camino a la derecha. Pasaremos por la charca de San Julián, continuamos hasta un cruce de caminos; desde aquí puedes visitar la chimenea de Peñarroya.
Para subir al castillo, hay dos posibles caminos en el punto donde nos encontramos. Podemos no abandonar el camino que llevábamos o bien, esto es lo que nosotros hicimos, tomar el sendero de la derecha hasta llegar a otro sendero que sube a la fortaleza.
Subimos hasta las puertas del castillo por las zetas y lo rodeamos para llegar a la única puerta que está abierta. Desde la fortificación tenemos unas vistas impresionantes de la ciudad y su costa.
Para bajar, tomamos la carretera y dejamos a la derecha la batería del General Ordoñez. Seguimos por la carretera hasta encontrar un sendero que nos volverá a llevar hacia la subida al castillo, un punto de referencia para saber que ya hemos pasado por aquí; es la cruz del San Julián.
Seguimos bajando hasta el camino principal, donde giraremos a la izquierda en busca del camino hacia las baterías de Trincabotijas Alta y poder llegar hasta Cala Cortina.
Dejamos a la izquierda el mar y las baterías de costa de Santa Ana y San Isidoro y Santa Florentina. Continuamos por el sendero azul cuyas vistas no dejan de sorprendernos para regresar a nuestro punto de partida.
Pero antes de terminar nuestra ruta, hacemos una parada en el club náutico de Santa Lucía donde reponemos fuerzas con una fritura y unas buenas almejas al ajillo, sin olvidar, por supuesto, una cerveza bien fría.
Críticos de Cocina.
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