El Tesoro de La Algameca

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo llamado La Algameca Chica, ubicado en la desembocadura de la rambla de Benipìla, se contaba la leyenda de un tesoro cartaginés que había sido escondido allí hace muchos años atrás. Muchos habían intentado encontrarlo, pero ninguno había tenido éxito.

Un día, un grupo de jóvenes decidió aventurarse en la búsqueda del tesoro. Llegaron al poblado y comenzaron a preguntar a los habitantes si conocían algo sobre el tesoro cartaginés. Los lugareños, que estaban acostumbrados a estas preguntas, les sugirieron que fueran a La Taska La Vasca, un pequeño bar situado en el embarcadero.

Al llegar allí, los jóvenes se encontraron con una pareja que estaba sentada en una mesa cercana al muelle. Pidieron unas cervezas y comenzaron a charlar con la pareja. Les contaron su historia y les preguntaron si sabían algo sobre el tesoro. La pareja parecía saber algo, pero no quería compartirlo fácilmente.

Después de varias cervezas y un rato de charla, la pareja les dio algunas pistas sobre el tesoro. Los jóvenes agradecidos, partieron con la esperanza de encontrarlo. Pero pronto se dieron cuenta de que las pistas eran falsas y que la pareja era en realidad la guardiana del tesoro cartaginés.

Decepcionados y desanimados, los jóvenes regresaron a La Algameca Chica. Se dieron cuenta de que la búsqueda del tesoro no era tan fácil como habían pensado y que requería más tiempo y esfuerzo del que estaban dispuestos a invertir. Decidieron abandonar la búsqueda, pero siempre recordarían su aventura en busca del tesoro cartaginés en La Algameca Chica.

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