El auditorio El Batel se prepara para acoger este viernes 5 de diciembre uno de esos conciertos que quedan grabados en la memoria colectiva. La Agrupación Musical Sauces celebra su tradicional cita por Santa Cecilia, patrona de la música, pero esta vez con un matiz irrenunciable: el 40º aniversario de su primera actuación, una efeméride que convierte esta edición en un acontecimiento especialmente simbólico para la banda cartagenera. Las entradas ya están disponibles tanto en la web del auditorio como en su taquilla.
El programa arranca con un gesto que es, a la vez, mirada al pasado y homenaje a quienes construyeron la esencia de Sauces. El primer director de la agrupación, José Lillo Tormo, ha compuesto un pasodoble para la ocasión, firmado con una dedicatoria que resume cuatro décadas de compromiso y complicidad: “Dedicado a todos los que hicimos que la Agrupación Musical Sauces fuese una realidad, y a los que la siguen engrandeciendo”. La obra promete envolver al público en ese espíritu fundacional que aún hoy sostiene la trayectoria de la banda.
A continuación, los músicos se adentrarán en uno de los universos sonoros más fascinantes de la composición contemporánea: El Olimpo de los Dioses, de Óscar Navarro. Escrita en 2019 y concebida inicialmente para orquesta, la pieza ha sido transcrita por el propio autor para banda sinfónica, lo que permite a Sauces desplegar un abanico expresivo tan rico como exigente. La partitura propone un viaje musical por la mitología griega, donde cada movimiento encarna la personalidad de un dios: la ligereza inquieta de Hermes, la grandeza luminosa de Zeus o la densidad sombría de Hades. Navarro, fiel a su lenguaje cinematográfico, teje un relato sonoro que transita con naturalidad de lo épico a lo íntimo, ofreciendo atmosferas plenas de color, dinamismo y emoción.
El concierto continuará con un guiño inolvidable al musical más célebre de Leonard Bernstein. De West Side Story sonarán América, Tonight y el icónico Mambo, en la versión que el arreglista japonés Nahorio Iwai realizó para banda sinfónica. Una adaptación vibrante que potencia el ritmo, la energía y el carácter urbano que han convertido esta obra en un referente absoluto del siglo XX.
La velada avanzará hacia uno de sus momentos más entrañables con la incorporación de los alumnos de la escuela de música. Junto a la banda interpretarán El Caracol Mifasol, del compositor valenciano Ferrer Ferrán, una pieza concebida para homenajear a todos los niños que se adentran en el largo, pausado y maravilloso camino de la formación musical. La figura del caracol simboliza esa carrera paciente, hecha de constancia y pequeños logros que, con el tiempo, dan forma a futuros músicos.
El cierre llegará con un clásico que atraviesa generaciones: el pasodoble La bandera, perteneciente a la revista Las Corsarias de Francisco Alonso. Estrenado en 1919 y dedicado a los soldados que combatían en la guerra del Rif, el tema sigue siendo un emblema del repertorio español por su fuerza, su carácter y su capacidad para emocionar al público.
Un programa pensado para celebrar, recordar y seguir escribiendo la historia de una agrupación que forma parte indiscutible del paisaje cultural de Cartagena. Una noche que, sin duda, será algo más que un concierto: será un encuentro con la memoria, la música y la pasión de cuarenta años de vida compartida.
