El Mercado Municipal Santa Florentina vuelve a situarse en el centro de la vida cotidiana de la ciudad esta Navidad. El Ayuntamiento, a través del Área de Comercio, ha puesto en marcha una campaña especial de dinamización con un doble objetivo: reforzar el papel del mercado como eje comercial de proximidad y acompañar a los comerciantes en una de las épocas más decisivas del año.
La iniciativa se integra en la programación navideña municipal y se desarrollará los sábados 20 y 27 de diciembre, en horario de 11:00 a 13:00 horas. Durante esas mañanas, el mercado cambiará su pulso habitual para llenarse de actividad, color y propuestas pensadas especialmente para las familias.
Habrá talleres de adornos navideños artesanales, donde los más pequeños podrán crear decoración a partir de elementos naturales y materiales reciclados; espacios dedicados a la elaboración de tarjetas de felicitación, fomentando la creatividad y el mensaje personal; y un servicio de pintacaras con motivos y personajes propios de estas fechas, que añadirá un punto de fantasía al recorrido por los puestos.
Uno de los elementos más llamativos de la campaña será la animación itinerante. Actores caracterizados como duendes y elfos navideños recorrerán el interior del mercado, interactuando con el público a través de pequeñas escenas teatrales, juegos improvisados y gestos simbólicos. No se trata solo de animar, sino de invitar a mirar con otros ojos, a detenerse, a descubrir la variedad y la calidad de la oferta que se esconde en cada mostrador.
La concejal de Comercio, Belén Romero, ha subrayado que esta campaña persigue “apoyar a nuestros comerciantes y productores locales, impulsando las ventas en unas fechas clave, y reafirmar el mercado como un punto de encuentro, donde las familias puedan compartir experiencias y crear recuerdos en un ambiente mágico y cercano”.
En un tiempo marcado por la prisa y el consumo rápido, Santa Florentina propone lo contrario: comprar con calma, saludar por el nombre, dejar que los niños jueguen mientras se llena la cesta. Dos mañanas para recordar que el comercio de proximidad no es solo economía, sino también vida compartida. Y en Navidad, más que nunca, eso importa.










