Lo que está por venir, o no

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Pensando ya en las cercanas vacaciones del periodo estival, queremos hacer un pequeño repaso de lo que está por llegar, si llega eso sí, ya que en esta ciudad estamos acostumbrados a soñar con miles de proyectos que luego no se materializan. Y así nos va, llenos de esperanza e ilusiones porque nuestro gran potencial como ciudad se convierta, por fin, en energía utilizada y esos tantos proyectos se conviertan en realidad.

Mientras escribo estas líneas es más que probable que dos de las futuras aperturas, anunciadas en nuestra web, sean ya una realidad y podamos probar los platos de los nuevos restaurantes de la calle del Carmen, Sibuya y La Tía Juana, que aumenta la oferta, o mejor dicho, mantiene la oferta gastronómica de la calle tras los cierres de La Cangreja y La Sureña.

Pendiente queda el mercado gastronómico que Licor 43 abrirá en la antigua sede de la Cámara de Comercio de Cartagena, a orillas de nuestro mar Mediterráneo. El proyecto va tomando forma y ya se pueden ver importantes avances en el edificio que hace que puedas intuir cómo será el deseado mercado. Como no puede ser de otra manera en esta ciudad, las obras se han eternizado, pero ahí sigue en construcción. Deseando ir.

No muy lejos de allí, en la calle Gisbert, estamos expectantes de ver cómo quedará el mercado que lleva el nombre de la calle. Obra con muchos parones y problemas, pero eso aquí, en la Cartagena de esta realidad, es normal. También sería normal que abandonasen el proyecto y el edificio quede vacío por los siglos de los siglos, tal y como está el nuevo mercado Juan XXIII en las inmediaciones de la renovada plaza Juan XXIII. Y tal como acontecen algunas noticias recientes, al parecer, las obras se han quedado sin fondos europeos, sorpresa. Siempre pasan estas cosas aquí. Bueno, contamos con que el futuro mercado disponga de locales para tapear y degustar los productos que podamos comprar en él. Nos encantaría, pero todavía habrá que esperar bastante.

Todos hemos podido leer en distintos medios de comunicación, afirmaciones; promesas y palabras, que esperemos no se lleve el viento sobre futuros locales de hostelería. Proyectos, eso sí. Por ejemplo, nos acordamos del restaurante del Parque Torres. Un restaurante que dispone de unas vistas de nuestra bahía, inmejorables. ¿Cómo puede estar cerrado? En cualquier otra ciudad matarían por tener un restaurante en esa privilegiada ubicación. No vale decir que no hay aparcamiento, que subir resulta incómodo, etc. La subida al parque desde la Catedral es cómoda e impresionante. Tampoco ha de ser un restaurante de postín, nos conformamos con un lugar acogedor y agradable donde la gastronomía local sea la protagonista.

Pasamos de una colina a otra, nos vamos a la colina Arx Asdrúbalis, donde el general Asdrubal levantó su palacio y ahora se encuentra el parque del Molinete. En esta colina, estamos a la espera de saber qué pasará con el bar que cerró. Nos encantaba tomar una cerveza con una tapa, sobre todo en primavera, y deleitarnos con las vistas de una de las cinco colinas de la antigua Cartagonova. El Ayuntamiento iba a sacar a subasta la explotación del local. Recemos para que lo vuelvan a abrir y podamos disfrutar de lo que un día tuvimos.

Seguimos con la esperanza de ver funcionando el quiosco de estilo modernista que iban a instalar en el pequeño parque al lado del palacio de los deportes junto a la carretera de Tentegorra. Ahora tan solo podemos ver la estructura del quiosco y un parque abandonado a su suerte con un estanque sucio. Un paisaje muy típico de esta infrafinanciada ciudad. ¡Que diferente sería contar con el quiosco abierto y ver repleta su hipotética terraza los días de partido de nuestros equipos de pista! Poder subir a Tentegorra y al bajar tomar unas tapas en el quisco que un día estuvo junto al mar.

No muy lejos de allí, podemos ver lo que en su día fue el parque Rambla y, mucho antes, el Pryca. Ya sabemos que Mercadona pretende instalar allí uno de sus supermercados, sacrificando, eso sí, uno de los supermercados de la ciudad ¿Plaza de España? No tardaremos en averiguarlo.

Además de Mercadona que está llamado a ser tractor de otros negocios para activar el futuro centro comercial, entendemos que habrá cabida para la restauración. Se ha comentado por distintos foros que, quizá, podamos ver y disfruta de salas de cine. Hablando de cine, que pena da ver las salas de toda la vida cerradas a cal y canto. Duele y mucho, ver el cine Central sin futuro, eso sí, con un bonito proyecto de ejecución interminable.

Vamos terminando este repaso por los futuros o, mejor dicho, por los posibles nuevos espacios gastronómicos de nuestra turística ciudad. Hablando de espacios, uno de los proyectos más ilusionantes, al menos para los que formamos parte de esta web, es Espacio Algameca. Si es cierto. Si consiguen terminar el proyecto tal y como aparece en las infografías, Cartagena subirá varios enteros.

Por supuesto, a lo largo del litoral, CATE aparte, Espacio Algameca deberá contar con varios locales dedicados a la restauración. Todos conocemos las vistas que tenemos camino al faro de Navidad, son sencillamente, una maravilla. Además, explotar la playa del Espalmador puede resultar muy interesante.

De la posibilidad de abrir un Parador de Turismo en Fajardo ya hablamos otro día. Continuemos con la ilusión de un niño por ver alguno de los miles de proyectos, terminado y si en ellos se puede comer, mejor que mejor.

ECU

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