Cartagena ha dado un paso más en la puesta en valor de su vasto legado histórico con la finalización del proyecto de iluminación monumental del Cerro del Molinete. Con una inversión de 274.217 euros, el Ayuntamiento ha instalado 14 proyectores LED de bajo consumo que, cuidadosamente adaptados al terreno y pensados para respetar el entorno arqueológico, permiten redescubrir este enclave milenario también durante la noche.
“Este parque arqueológico reúne huellas de toda la historia de Cartagena, desde la antigüedad, y el sistema de iluminación está creado para ayudarnos a conocer mejor toda esa historia”, ha afirmado la alcaldesa, Noelia Arroyo. Y es que el proyecto no se limita a “poner luces”, sino a contar con ellas una historia: la de una ciudad que fue capital de provincia romana, bastión del imperio español y testigo de siglos de transformación.
Desde el santuario romano hasta el molino-ermita, pasando por los restos de la muralla de Carlos I, cada elemento brilla ahora con luz propia. Todo el recorrido se ha diseñado con mimo, permitiendo la creación de itinerarios nocturnos guiados bajo el nombre ‘Más que una colina: El Molinete a través de los siglos’. Los guías dispondrán de un sistema de control que les permitirá activar la iluminación de cada monumento a medida que se avanza, haciendo de cada visita una experiencia inmersiva y única.
Además de reforzar el atractivo turístico, la actuación mejora también la seguridad y el disfrute de vecinos y visitantes, gracias a la ampliación del alumbrado en zonas de paso. Y, lo más importante: lo hace sin comprometer la conservación del yacimiento ni el respeto al medio ambiente.
Este es el segundo gran proyecto de iluminación monumental impulsado por el Ayuntamiento tras el éxito del Castillo de la Concepción, cuya nueva iluminación fue inaugurada en 2021. En ese caso, los proyectores LED resaltan la Torre del Homenaje, adaptándose a distintos eventos y festividades, integrando así el castillo de forma aún más potente en el perfil nocturno de Cartagena.
Sin embargo, entre tanto destello de pasado y tecnología, aún queda una asignatura pendiente que muchos cartageneros reclaman: la apertura del local de hostelería situado en el propio cerro. Un espacio con vistas inigualables, enclavado en el corazón de la colina donde Asdrúbal decidió levantar su palacio. Ese local, cerrado desde hace años, fue en su momento un rincón ideal para disfrutar del tapeo típico de la ciudad, con unas vistas que no tienen comparación. Su reapertura no solo revitalizaría aún más la zona, sino que completaría la experiencia cultural, patrimonial y turística del parque arqueológico.
Porque una colina con historia y luces es mucho.
Pero una colina con historia, luces… y una buena tapa al atardecer, es sencillamente perfecta.


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