Una ligera pero refrescante brisa procedente del mar recorre imparable el principal eje del centro de Cartagena. Brisa que se agradece a esa hora, donde el estómago se hace notar, y debes buscar un lugar donde comer.
A esa hora, el sol castiga de manera cruel a todo viandante, que indefenso por no contar con un plan sombra, camina por el casco histórico de esta ciudad con mar; bendito mar, buscando posiblemente un lugar donde acallar el estómago y saciar una sed justa. Tal y como nos pasó a nosotros, que no sabiendo dónde íbamos a comer, nos fijamos en el restaurante mexicano que abrió el año pasado en la calle del Carmen. Y allí que nos metimos, sedientos y hambrientos.
Lo primero que pedimos, como viene siendo habitual en casi todos los locales, fue la bebida. Unas cervezas de grifo XXL. Servidas en una especie de tarros de conservas y con una capa de especias con un ligero toque picante, con un toque de tequila y unas gotitas de lima, o posiblemente al contrario las cervezas entraron tan bien como sabían.
Además, pedimos unas aguas de sabores sin alcohol. Una de lima, hierbabuena, pepino y chía y otra de mango, fresa y curazao. Son bebidas refrescantes y originales con entretenidos sabores. Hay unas siete combinaciones posibles.
Como entrantes probamos el cochiloco, un cuenco de guacamole hecho con aguacate, cebolla, cilantro, lima mexicana, sal de grano, que iba acompañado de sabrosos nachos, pero no suficientes, así que tuvimos que pedir una extra de nachos para poder repelar de una manera exhaustiva todo el delicioso y abundante guacamole. También pedimos unas alitas de pollo llamadas santas alitas, que tenían una pinta tremenda con un aliño sutilmente picante.
Ya como platos principales nos centramos en los tacos callejeros. En la carta hay una gran variedad de estos tacos bautizados con nombres peculiares. Nosotros pedimos El desgraciado, un taco de carne de cerdo con un intenso pero soportable picante que la envuelve; El Pastor, otro taco de carne de cerdo con menos picante al estilo Tijuana; El Corrupto, taco de pollo nada picante pero igualmente sabroso y La Llorona, taco de carne de cerdo con queso, sabroso y adictivo.
La decoración de La Tía Juana llama mucho la atención, al entrar hay un ring de lucha adornado con un montón de máscaras de luchadores. Los colores del local son alegres y el trato es correcto y amable. A la salida hay una ruleta para que pruebes suerte, en cada tirada puedes ganar descuentos o entrantes para que, la próxima vez que vuelvas, puedas canjearlos.
En la Tía Juana tendrás una buena experiencia gastronómica donde, estamos seguros, lo pasarás bien. ¡¡Viva México Cabro…!!
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